Para un plato caliente

A.M.
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El Banco de Alimentos de Albacete, que se vio obligado a reabrir a la semana del confinamiento ante el elevado número de peticiones, calcula que la demanda se ha disparado un 30% y asegura que hay mucha más necesidad

Mientras la furgoneta de la AECC carga los lotes del Banco de Alimentos, una mujer inmigrante busca comida en los contenedores pertenecientes a la lonja municipal. - Foto: Rubén Serrallé

El Banco de Alimentos de Albacete, entidad referente a nivel nacional en el reparto de productos alimenticios no perecederos entre las personas más vulnerables, ha vivido su propia pandemia. Apenas aguantó cerrado una semana cuando las entidades a las que entrega kilos y kilos de alimentos saturaron las líneas telefónicas en busca de una solución que darle a sus usuarios. Reabrieron con dos equipos de voluntarios más jóvenes y recibieron a muchas familias que directamente se acercaban a su nave de la lonja municipal para pedir comida, dado que sus asociaciones y entidades de referencia también estaban cerradas.

«Les instamos a abrir con urgencia y así lo hicieron para poder atender los casos más urgentes», explica el presidente del Banco de Alimentos de Albacete, José Antonio García García, que asegura que tras la desescalada, las peticiones «ya se están normalizando».

Aunque las cifras no están cerradas porque han priorizado más la recepción y entrega de alimentos y los donativos económicos que han ido recibiendo, José Antonio García calcula que este año se cerrará el balance anual con un aumento de la demanda de un treinta por ciento, lo que significa que se podría superar los 13.000 usuarios: «La necesidad ha aumentado, que de esto no quepa la menor duda», apunta el presidente de un Banco de Alimentos que ahora trabaja con 105 entidades, colectivos y asociaciones de toda la provincia, el mayor de ellos, el Arciprestazgo 2 de Albacete capital que aglutina a nueve parroquias y reparte alimentos entre 1.407 personas.

 

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