SEO pide ayuda para salvar los nidos de aguilucho cenizo

Luis J. Gómez
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Llegan en primavera a nidificar en los campos de cereales de Castilla-La Mancha, pero si el año viene seco y cálido la cosechadora puede pasar antes de que los pollos echen a volar

SEO pide ayuda para salvar los nidos de aguilucho cenizo - Foto: Diego de Miguel

Desde hace unas semanas están llegando a nuestros campos de cereal después de haber pasado un invierno más agradable en África. Vienen para poner aquí sus nidos entre las hierbas altas y criar sus pollos. El problema es que esta especie tiene un futuro del mismo color que su apellido. Y a pesar de ser elegida el 'ave del año', puede que este 2023 no sea muy bueno para su supervivencia. 

Aunque muchas personas pensarán que las rapaces tienen sus nidos siempre en árboles o cortados de roca, esta especie los hace en terrenos de cultivos y pastizales. «Pasan desapercibidos, no se ven»,  explica Ana Carricondo, coordinadora del Departamento de Conservación de SEO-Birdlife. «Si miras, ves que están sobrevolando y bajan al suelo; es su estrategia porque los ocultan ahí», señala.

Al nidificar en campos de cereales, el aguilucho cenizo tiene su principal refugio en España en las grandes regiones cerealísticas. Eso hace que Castilla-La Mancha sea uno de sus lugares preferidos. Según el censo de 2017, el número de parejas está entre 393 y 595, prácticamente a la par que Extremadura.  La lista la lidera Castilla y León, con un número de parejas entre 1.731 y 2.332, seguida de Andalucía.

El problema que tiene el aguilucho cenizo cuando pone un nido en un campo de cultivo es que la cosecha llegue antes de que se haya terminado el ciclo de cría de los pollos. «O no han nacido los pollos de los huevos o no son autónomos y no pueden volar», explica Carricondo. Si pasa la cosechadora, el nido con los huevos o los pollos se destruye y como mucho se puede salvar la madre si sale volando. 

Cada vez resulta más difícil para esta especie que la siega llegue cuando ya se ha completado el ciclo de cría y parte de la culpa la tiene el Cambio Climático. Carricondo reconoce que la cosecha se suele adelantar en años más secos y cálidos, algo que es una «tendencia creciente» en los últimos años. De hecho, en este 2023 podría pasar a tenor de cómo está yendo la primavera. «Cuando hay sequía y falta de lluvias, los agricultores ven que no van a tener buena cosecha de cereal y empiezan a cosechar a finales de abril o mayo para derivarlo a forraje», comenta. 

Otra tendencia que juega en contra es la de sembrar variedades de ciclo corto, que «madura antes para evitar la pérdida de calidad de grano por calor y se acaba cosechando antes». 

Para echarle una mano al aguilucho cenizo, desde SEO-Birdlife y otras organizaciones preocupadas por la biodiversidad , salen al campo con voluntarios para intentar identificar dónde hay un nido y hablar con el propitario para que retrase la cosecha hasta que se haya terminado el ciclo de cría o para que deje sin segar el espacio que quede rodeando al nido. El nido se baliza o incluso se valla. Carricondo destaca que se trata de «dejar una zona lo más ancha posible sin cosechar, porque tienen depredadores naturales, que podrían localizar el nido».

Carricondo señala que quizá así se protejan al año 200 o 300 nidos cuando en España puede haber 5.000 parejas criando. Por eso lanza un mensaje a la Administración y recuerda que se tiene que involucrar en proteger y tomar medidas para salvar esta especie, identificada como «vulnerable» en el catálogo estatal. «No lo están haciendo», lamenta.

Sugiere, por ejemplo, que se den ayudas compensatorias a los agricultores para dejar rodales más amplios sin cosechar o aguantar la siega hasta que los pollos salgan volando.  Explica que en Castilla-La Mancha se ha perdido la oportunidad de incluir estas medidas en elPrograma de Desarrollo Rural, pero que aún hay tiempo para hacer cambios.