«Es utópico pensar que Putin puede sentarse ante un tribunal»

V.M.
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El reportero de guerra Óscar Mijallo, que abrió una nueva edición de las Jornadas de Periodismo, promovidas por la APAB y Cultural Albacete, compartió con 'La Tribuna' algunas de las experiencias vividas 'in situ' en el conflicto de Ucrania

El corresponsal de guerra Óscar Mijallo, ayer en la Casa de Cultura José Saramago. - Foto: Arturo Pérez

Después de cuatro meses cubriendo el conflicto, ahora que se cumple el primer año del mismo, ¿cree que asistiremos a una guerra larga? 

La situación ha cambiado muchísimo, de hecho estábamos allí cuando empezó la invasión y los rusos llegaron a entrar en barrios de Kiev, en cambio ahora los ucranianos han logrado la retirada de Rusia del frente Norte y la guerra está a 300 kilómetros de la capital y a 100 de Jarkov, aunque sí están avanzando en áreas limitadas del Dombás; en cualquier caso Rusia no ha perdido la guerra y no es fácil que la pierda, estamos en una situación en la que, con la cantidad de ayuda militar que Occidente está prestando, el conflicto podría durar no menos de dos años. 

Además la postura intransigente del Kremlin invita poco al optimismo, ¿no le parece?

Claro, se dice que Putin está preparando otra leva de 400.000 soldados, cuando hace menos de un año ordenó una de 200.000, lejos de dar un paso atrás se está produciendo una escalada de la guerra, porque EEUUy Europa comenzaron enviando armas defensivas y después llegaron los obuses M777 o los carros Leopard e incluso países como Polonia o Eslovaquia van a mandar cazas. Putin está en una situación difícil, una especie de callejón sin salida del que tiene que salir, necesita vender a su gente que ha conseguido un éxito que pueda justificar la muerte de miles de rusos, hasta 170.000 según algunas fuentes, y aunque sea un régimen autoritario   debe justificarlo ante la Duma e incluso ante la opinión pública (...) además hablamos de Putin, pero lo que pueda venir después de él igual es peor, por ejemplo si se trata de alguien del tipo de Prigozhin, el jefe de los Wagner.

Después de su experiencia en otras guerras, como Siria o Irak, ¿qué momentos más duros recuerda de esa cobertura en Ucrania?

El principio de la guerra fue lo peor, porque había un sentimiento de incertidumbre y no se sabía hasta dónde podían llegar los rusos, se interrumpió la cadena de suministros y hubo una huida en espantada de Kiev; a nosotros poco después de la invasión nos pilló en Zaporiyia, donde al pánico por el avance ruso se unía el temor a un accidente nuclear, y recuerdo especialmente el hospital pediátrico de Zaporiyia donde se ponía precinto en las ventanas para que, en caso de explosión, los niños que no podían bajar al refugio por estar conectados a máquinas de soporte vital, no fueran alcanzados.

¿Cree que la orden de arresto dictada por el Tribunal Penal de la Haya contra Putin puede prosperar?

No, porque no veo tampoco a ningún líder estadounidense o británico siendo juzgado ante esa Corte, lo sería dentro de sus fronteras y cumpliría allí su condena. Es una orden significativa pero es utópico pensar que Vladímir Putin, el líder de uno de los cinco países del Consejo de Seguridad, pueda llegar a sentarse ante un tribunal internacional.

¿Cómo se logra compaginar la información objetiva y los abusos contra la población civil?

Hay que tratar de ser honesto, como hacemos en el resto de facetas de nuestra profesión, denunciando los abusos de poder y huyendo de versiones maniqueas, aunque es evidente que llegar al frente por el lado ruso es prácticamente imposible y en la parte ucraniana llegaron en estos meses unos 12.000 informadores, según Reporteros sin Fronteras.