Los dos parques nacionales de la región, Cabañeros y Las Tablas de Daimiel, perdieron más de la mitad de sus visitantes durante el pasado año como consecuencia de los efectos de la crisis sanitaria del coronavirus. De enero a septiembre (en los próximos días se conocerán los datos de todo 2020), estos dos espacios protegidos sumaron solo 92.265 turistas, frente a los 193.699 registrados durante los tres primeros trimestres del año anterior, un 52,36% menos.
Así se desprende del informe de resultados de las encuestas realizadas a los componentes del Seminario de uso público de la Red de Parques Nacionales, elaborado para conocer cuáles han sido las consecuencias que tuvo la declaración del estado de alarma en todo el territorio del estado español a lo largo de varios meses y la posterior apertura de los espacios naturales para el uso y disfrute de una población privada durante mucho tiempo de salir de su casa.
El conjunto de la Red de Parques Nacionales registró bajadas generalizadas en el número de visitantes durante el primer semestre del año, de enero a junio, con caídas por encima del 80% en muchos de los espacios protegidos. Durante este periodo, el comportamiento de Las Tablas y Cabañeros fue similar en lo que a términos porcentuales se refiere. El humedal manchego contabilizó 30.782 visitas, frente a las 95.037 del pasado año (-67,61%). Cabañeros, por su parte, recibió a 17.039 turistas, 36.700 menos que el mismo espacio tiempo un año antes (-68,3%).
El informe destaca como llamativas las cifras registradas a partir de julio, cuando se abrieron al público estos espacios después de cuatro meses de confinamiento, en los parques nacionales de Cabañeros o Monfragüe, que aumentaron en un 31,4% y un 11,8%, respectivamente, los visitantes en relación al verano de 2019. Un incremento que también experimentó la Sierra de Guadarrama y que refrenda los buenos datos obtenidos por el turismo de interior durante el pasado periodo estival.
Por Cabañeros pasaron 20.137 visitantes entre julio y septiembre, frente a los 15.324 del año anterior. En Las Tablas, por su parte, se produjo un descenso de visitantes en verano, pero no fue tan pronunciado como en otros parques nacionales. Un total de 25.089 personas visitaron el humedal manchego el pasado verano, frente a las 29.592 del año precedente, un 15,22% menos.
diferencias. Las encuestas realizadas confirman que la primavera fue un periodo extraordinario de descanso para los parques nacionales. En la mayoría de estos espacios se redujo la presencia de visitantes en los centros de interpretación, pero aumentó el número en infraestructuras externas, como rutas, miradores o áreas recreativas.
Revelan, además, que los puntos de información se adaptaron con flechas de desplazamiento, carteles de espera de turno, colocación de mamparas en los mostradores y separación del espacio por cintas y maceteros, además de todas las medidas higiénico-sanitarias que establece la normativa general.
También se observó una presencia residual, prácticamente nula, de visitantes extranjeros, y una mayor afluencia de personas menos concienciadas ambientalmente y con menor respeto a la naturaleza, a tenor de la «mucha basura» que dejaron en sus visitas.