Hay grandes preguntas de la Humanidad que siguen sin respuesta y grandes cuestiones de la Historia que sí la tienen, aunque en muchos casos resulten erróneas o no del todo ciertas. Las fake news no son nada nuevo aunque el término sea de cuño reciente. Durante siglos, los cronistas adornaron la realidad que vivieron llegando a nosotros los acontecimientos manoseados y tergiversados para que vayan a favor de obra. También los mitos y leyendas han ayudado a creer que, por ejemplo, Juana I de Castilla estuviera más loca de lo que fue o que su madre, Isabel La Católica, dijera que no se cambiaría de ropa hasta que no cayera Granada. Lo cierto es que la monarquía ha dejado decenas de historias matizables, pero que Felipe IV fuera apodado como pasmado y su hijo Carlos II como hechizado poco tenían que ver con lo que en realidad eran. El primero pudo haberse ganado la vida como pintor o traductor de no ser soberano, y poco pasmo debía tener en el cuerpo cuando se le calculan hasta 47 hijos. El heredero, el pobre Carlos, que sufrió los estragos de la endogamia de su estirpe y fue un hombre frágil y de salud ínfima, ha pasado a la Historia como una persona desvalida, pero mantuvo en todo momento el sentido de la dignidad y trató de contrarrestar su debilidad con la bondad, la piedad y la rectitud moral... aunque también tenía unos insoportables ataques de cólera. Murió el 1 de noviembre de 1700 como el único rey de España que no vio jamás el mar.
Pero ¿fue español alguno de los Reyes Magos? ¿Fueron los ingleses los inventores del Parlamento? ¿Y supuso realmente un desastre la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas en 1898? ¿Por qué Franco persiguió a los comunistas y los masones, pero dio barra libre a la ufología? A estas y decenas de preguntas más dan respuesta las hermanas e historiadoras María y Laura Lara Martínez, que bien saben que «a veces las cosas no son como nos las han contado», en Mentiras de la Historia de España (Espasa).
Juana, una reina 'loca' en Castilla que demostró espléndida lucidez
Si hay un mito conocido por todos y un apodo que ha logrado atravesar los muros del tiempo en nuestra Historia, ese es el de la reina Juana I de Castilla. Sí, La Loca, para tantos que así la quisieron hasta el punto de que hoy en día no hay nadie que no sepa al menos alguna pincelada de su trágica -tragiquísima- trayectoria. Porque la soberana castellana no estaba tan loca, aunque sus coetáneos se empeñaron en presentarla como demente. Su juicio puede que sí acabara nublado por el maltrato que sufrió y que le prodigaron su padre, Fernando El Católico; su marido, Felipe El Hermoso; y su propio hijo, Carlos I.
Pero quizá ella fuera más hábil que nadie en su lucha contra el mundo. Y eso es lo que se defiende en Mentiras de la Historia de España, que quizá ella hallara en esa presunta locura un subterfugio. Por ejemplo, al morir su esposo mandó desenterrar su cadáver no por apego a sus vísceras sino porque de este modo evitaba que la casaran de nuevo. Enrique VII de Inglaterra, «viejo, calvo, desdentado y con mal aliento», según las crónicas, merodeó la belleza de la archiduquesa, pero existía en Castilla la tradición de que una reina viuda no podía contraer matrimonio de nuevo si su marido estaba insepulto. Así que ella decidió que la última voluntad de El Hermoso no era reposar en Burgos, sino en Sevilla. ¿Vesania o una muestra de lucidez que le salió muy cara?
En otra ocasión, intuyó, como cuenta Pedro Martín de Anglería: «Cuando en la aldea de nombre Cócejes, en campo abierto, se detuvo la reina Juana, montando a caballo, entró en sospechas de que la dejaran encerrada en el castillo de aquella pequeña villa, que era muy seguro; porque estaba plenamente convencida, bien por su estado mental, bien por las indicaciones de algún delator y los consejeros, a los que profundamente odiaba la iban a encerrar en un castillo». ¿Cómo reaccionó? Negándose a entrar, un hecho que repitió varias ocasiones y que no le libró del encierro.
Una generación sobrecogida por el misterio del palacio de Linares
Las hermanas Lara Martínez demuestran a qué generación pertenecen en el epílogo de su obra haciendo referencia a Raimundita, el fantasma del palacio de Linares que atemorizó a la última generación de la EGB. «Fue el primer fantasma con el que nos encontramos de frente», relatan.
La historia es tan rocambolesca que daría para varias páginas, pero, concretando, José de Murga y Reolid, un burgués acomodado del Madrid de principios del siglo XIX se casó con una mujer de padre desconocido llamada Raimunda de Osorio y Ortega que resultó ser su hermana. Pidieron una bula papal para poder convivir en incesto, pero en castidad, lo que pasa es que antes de enterarse de su parentesco ya tenían a Raimundita. Cuentan que entonces la niña fue emparedada en el palacio de los marqueses, o que fue ahogada y enterrada en el jardín y las psicofonías de moda en los años 90 evidenciaban los lamentos de madre e hija. Ahora bien, otras fuentes dicen que la muerte de la niña sobrevino porque era fruto de la infidelidad de la madre con un criado. ¿Existió en verdad Raimundita? Quién lo sabe...
¿Es verdad algo de lo que se sabe sobre Cristóbal Colón?
El genovés (si es que nació en Génova) Cristóbal Colón es una de las figuras más importantes de la Historia y también una de las más controvertidas porque hay muchos datos sobre su persona que podrían ser verdad, o no. Precisamente su origen es uno de ellos y las teorías sobre su procedencia se multiplican. Desde que nació en el norte de Italia a que pudo ser catalán, mallorquín o, incluso, de Guadalajara. También hay países que tienen sus propias hipótesis y Suiza, Portugal, Polonia o Noruega, entre otros, se arrogan su nacionalidad, pero si algo es cierto, es que solo la Corona de Castilla y Aragón le sufragó sus viajes a lo que él pensaba que eran las Indias.
Tampoco es verdad que estos viajes se pudieron hacer gracias a que la reina Isabel vendiera sus joyas. Aunque sí que es cierto que las ofreció como una garantía del préstamo para que se emprendiera la aventura, el escribano y prestamista Luis de Santángel no se lo permitió y fue él mismo quien se hizo cargo de buena parte de los gastos.
No entraremos a hablar de dónde han ido a parar los huesos del navegante porque da para tres vidas...
Lo del Greco, cuestión de gafas
«Si en nuestros tiempos hubiera vivido, seguramente no hubiera dejado esos cuadros anómalos, esas figuras que escandalizan y que han hecho creer en la locura del Greco. Con haber usado unos lentes muy cuidadosamente elegidos, se hubiera pintado con toda comodidad y sus obras hubieran sido perfectas».
Esta reflexión del oftalmólogo Germán Beritens desató en 1913 las hipótesis de que el artista afincado en Toledo padecía astigmatismo, de ahí su peculiar manera de interpretar las formas. Y las historiadoras apuntan que desató las hipótesis porque, posteriormente, corrieron ríos de tinta sobre este tema. Otro experto, como el doctor Santos Bueso, consideró que no podía tener tal alteración, ya que el astigmatismo produce imágenes borrosas, pero no alargadas.
El médico y humanista Gregorio Marañón especuló con dos ideas: que sus modelos eran judíos, perseguidos por la Inquisición y que por eso se mostraban asténicos, o que eran enfermos mentales.
Para las Lara, «simplemente consideraba bellas las figuras alargadas». Si pintó así, es porque quiso o porque era su manera personal de percibir. Aclaran que el manierismo tendía a buscar posturas forzadas y formas complejas y resuelven el tema con una palabra: estilo.
El origen del Parlamento no tuvo nada que ver con Gran Bretaña...
Generalmente, cuando se piensa en el origen del parlamentarismo viene a la cabeza la imagen del Reino Unido y, sin embargo, el hito no está en Londres, sino en León, en 1188, cuando Alfonso IX convocó un consejo real, conformando el precedente de unas Cortes, pues a la reunión acudieron representantes de la nobleza y del clero pero también representantes elegidos por el pueblo (los ciues electti).
En este marco se redactaron los Decreta de León, la prueba más antigua de la participación del pueblo en la toma de decisiones mientras que en otras naciones europeas no ocurrió hasta el siglo XIII: en Alemania la burguesía se sumó a la Dieta en 1232; en Inglaterra, el estamento popular consiguió representación en el Parlamento en 1265 y, en Francia, en 1302. En 2013, la Unesco declaró la Carta Magna leonesa como Memoria del Mundo.
Tartessos o suevos: ¿cuál es la corona más antigua del mundo?
María y Laura Lara plantean una cuestión razonable... ¿cómo fijar una cronología cuando no existían los Estados? Parece complicado determinar cuál pudo ser la Corona más antigua del mundo, pero es una hipótesis razonable pensar que pudo tener su germen en España.
En este sentido, las historiadoras explican que en la península Ibérica, en la Protohistoria, Tartessos tuvo la monarquía como forma de Gobierno, por lo que se podría decir que cuenta con un reino varias veces milenario con diferentes dinastías y fases republicanas o dictatoriales.
Ahora bien, existe la hipótesis de que el primer Estado de Europa fue el de los suevos, un pueblo temible formado por hombres de gran estatura con pelo de oro o cobrizo anudado en una trenza sobre la frente para aterrorizar al enemigo y muy fieros en el combate.
Volviendo a Tartessos, como los griegos conocían a la que creyeron primera civilización peninsular, diferentes estudios han focalizado su circunscripción a las provincias actuales de Huelva, el oeste de Sevilla, la mitad sur de Badajoz y todo el Algarve portugués.
¿Y si la Coca-Cola es valenciana?
Año 1880. Tres amigos de Aielo de Maferit ( Valencia) diseñan la receta de un refresco. Lo llaman Jarabe Superior Nuez de Kola Coca. Año 1886. El doctor John S. Pemberton trata de crear un medicamento para curar la adicción a la morfina que había desarrollado durante la guerra civil estadounidense. Año 1888. Se registra la marca y empieza la historia más conocida de Coca-Cola.
¿Cómo se cruzan estos datos para acabar en la historia (tal vez incompleta) que hoy conocemos? Pues bien, la factoría valenciana donde se ideó la fórmula fue fundada por Bautista Aparici, Ricardo Sanz y Enrique Ortiz. Aparici, que hacía también de comercial, fue a Filadelfia a un certamen de bebidas en 1885. Allí pudo coincidir con Pemberton... y el hecho de no haber registrado la marca jugó en contra claramente de los valencianos, a quienes levantaron uno de los inventos del siglo. Tras años sin comercializarse en España obstruida por el régimen franquista, que intentó por todos los medios proteger la Nuez de Kola Coca, la multinacional soltó en 1953 un cheque de 30.000 pesetas (o 50.000 según otras fuentes) para zanjar el problema. La bebida valenciana dejó de ser un tónico reconstituyente y se convirtió en un licor alcohólico. El refresco, como sabemos, quedó en manos de EEUU.
'Ponte mascarilla, o a la cárcel'
Así de imperativo es el cartel que luce en la imagen la mujer de la derecha. Como se imaginarán, la foto corresponde a la epidemia de gripe española de principios del siglo XX y que, en realidad, nunca fue cosa patria, aunque jamás se haya podido quitar ese sambenito, ni siquiera con las veces que se explicó durante la reciente -y a veces siniestramente similar- pandemia de COVID-19. La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial hizo que se hablara de ella y que la prensa diera cuenta de la misma, pero es de sobra conocido que antes que en Madrid hubo enfermos en el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia... e incluso La India.
Franco no inventó las pensiones
Se suele afirmar que en España la Seguridad Social y el sistema de pensiones se desarrollaron a partir de Franco, pero estas aseveraciones hay que matizarlas pues, aun cuando sea cierto que en los años 70 del siglo XX se ensanchó la clase media, estos aspectos tienen unos claros antecedentes.
Los pilares del bienestar social se pusieron en 1900. Fue entonces cuando se consiguió la regulación del trabajo infantil y de los accidentes laborales. Otros logros del inicio de este siglo y que hoy nos parecen irrenunciables fueron el descanso de los domingos, el contrato de aprendizaje, y la jornada de ocho horas y el «retiro obrero». Respecto a este último, desde 1939 existe el subsidio de vejez e invalidez, transformado en 1947 en «seguro obligatorio de vejes e invalidez», claro que muy pocas personas se acogían a él.
El nombre de Seguridad Social sí es una cuestión franquista, pues en diciembre de 1963 se aprobó la Ley de Bases de la Seguridad Social para implantar un modelo unitario e integrado de protección social, con coberturas tanto hospitalarias como de gestión de las cotizaciones del trabajador para su posterior tranquilidad económica cumplidos los 65 años.