José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


El martirio de Yolanda

05/04/2023

Yolanda Díaz, la vicepresidenta, se ha convertido en la casta de la que acusaba Podemos al resto de los políticos. Esa idea de la destrucción del estatus del 78 que deseaba Pablo Iglesias y sus acólitos ha desaparecido de su agenda. ¿Por qué Yolanda?, como diría ella misma: porque las bases en las que estaba fundamentada la pretensión de los perroflautas  era una ficción revolucionaria que lo único que nos traería era pobreza, delincuencia, aflicción y fracaso. Yolanda partió de la sociedad del bienestar que teníamos y que se había generado con la paz pactada por Alfonso Guerra, Felipe, Suarez, el Rey D. Juan Carlos, su inclusión en una Europa que quería ser más grande y tener más peso en el mundo, y todo ello si no se ha conseguido del todo, llevaba todo el camino de conseguirse. Pero es que los que acusaban a los políticos de pertenecer a la casta se han convertido en casta, empezando por el Sr. Iglesias que de vivir humildemente y pregonar a los cuatro vientos de ser uno de esos pobres aflautados que querían cambiar el mundo, se ha comprado un chale con no sé cuantos cuartos de baño, piscina, sauna, etc., y por supuesto de limitar sus ingresos a los 3.000 € que clamaba rasgándose las vestiduras, se queda con todo porque todo le viene corto para criar a su familia antigua y a su nueva relación. Total, todo era mentira. Yolanda ha sido más prudente, y de aniquilar una reforma laboral que era necesaria y que cuando Rajoy la impuso con su mayoría absoluta convirtiendo las calles en un mar de protestas, nada más llegar al poder se dio cuenta de su necesidad y lo único que hizo fue retocarla un poco conservando muchas de las bondades de aquella idea que se quedó bastante corta. Y si no que se lo digan a Zapatero que terminó defendiendo a los emprendedores que no serían nada sin la reforma, y por descontado los puestos de trabajo que se han creado gracias a ella.
Yolanda, como Dña. María Teresa Fernández de la Vega, se ha empezado a vestir de Chanel, de Gucci y de todas esas marcas que hay en el mercado enviando un mensaje subliminal a su antigua anticasta, y no le falta razón. Se ha separado como muchos de sus antiguos camaradas, y ahora se enfrenta a los dirigentes de Podemos que quedan después de haberse deshecho de los que resultaban incómodos para gobernar, bien o mal, pero con intención de no destruir lo conseguido después de la Constitución. Hay mucho paripé y mucho postureo todavía en la izquierda de la izquierda, pero recordemos la reconversión industrial y de cómo Felipe de ruptura sí a ruptura no, de OTAN no a OTAN sí, y todos aquellos cambios que transformó a una izquierda radical al enfrentarse a la realidad. Yolanda ha optado por marca propia, y desde aquí la animo a que se separe lo más posible de los que reciben subvenciones de Venezuela o de Irán camufladas en estudio de moneda o en otras escusas para maquillar las transferencias que les hicieron los enemigos de la democracia. Y creo que no está sola.