El jugador no evitó hablar del conflicto catalán, la circunstancia que ha motivado la polémica: "Esto solo se soluciona con diálogo y desde el respeto. Vivimos en un mundo global, los países ya no importan. Hay que evitar que la fractura se haga más grande". Confesó, además, que no le gusta oír silbidos o insultos cuando juega: "No es agradable"