La Escuela de Arte homenajea al joven fallecido en Cuenca

Teresa Roldán
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Alumnos y profesores del centro educativo, ataviados con camisetas negras y flores, celebraron un emotivo y sentido acto de recuerdo al que fuera estudiante de Bachillerato

Algunos de los alumnos de la Escuela de Arte que se sumaron al acto de recuerdo al joven fallecido. - Foto: José Miguel Esparcia

A través de un emotivo y sentido acto, gran parte del alumnado de la Escuela de Arte de Albacete, vestido con camisetas negras y con flores en la mano, rindieron ayer por la mañana un homenaje de recuerdo para el fallecido joven albacetense Enrique López Sáez.

Fue el director de este centro educativo, Hugo Candeias, el que abrió el acto de reconocimiento a título póstumo a la figura del joven, que estudió el bachillerato de Artes en esta Escuela y que tanta huella dejó entre sus compañeros y amigos, a los que visitaba con frecuencia, a pesar de estar actualmente estudiando en la Escuela Superior de Arte Dramático de Cuenca.

Candeias agradeció el gesto de los alumnos que, a través de las redes sociales, habían convocado el acto de homenaje al exalumno fallecido, por su «solidaridad y entrega» en un momento difícil de gran tristeza, donde señaló «es complicado no emocionarse», pero también pidió a todos los estudiantes «mucho respeto», porque la pérdida del que todos consideran parte de la familia de la Escuela de Arte de Albacete se había producido «dentro de una familia muy religiosa y discreta».

El grupo de música de la Escuela interpretó el Hallelujah de Leonard Cohen, que a muchos despertó el llanto y las lágrimas de recuerdo por el excompañero fallecido, y seguidamente fue la profesora Isabel Berruga, que dijo sentir debilidad por Enrique, quien tras leer un poema, reconoció que no le tocaba a este joven morir, porque insistió en que era una persona «llena de electricidad, de sueños, que estaba completamente convencido que se iban a cumplir. Iba a triunfar en el teatro, o en el cine o en alguna serie de televisión; estaba seguro de que iba a ser así», apuntó.

Para Berruga, que recordó que había visto el pasado día 4 de este mes a Enrique López, «éste irradiaba felicidad, desprendía una energía cegadora y estaba en su mejor momento». «Ahora su cuerpo pertenece a la tierra, pero su alma, esté donde esté, estoy segura, estará liándola parda», agregó la docente, que aludió a la canción La sudadera, obra del joven Enrique López, que se hizo viral hace unos años «porque como decía su letra le gustaban los finales felices».

Aunque todavía no se conocen más datos sobre las posibles causas de la muerte del joven, la opción que cobra más fuerza dentro de la investigación es la de una caída accidental.