La vida actual necesita cada vez más de personas competentes, creativas, innovadoras, reflexivas; ciudadanos con espíritu crítico capaces de convivir dentro de la incertidum­bre social en la que vivimos. La educación, como parte integrante de esa estructura social, es el lu­gar donde se moldean esas futu­ras personas, desde la formación integral de estas.

La enseñanza de la religión en el sistema educativo español tiene su base en la Constitución española de 1978 (arts. 27.3 y 16.3). España siempre ha contado con una tradición educativa en la cual el hecho religioso ha estado pre­sente de forma permanente. Al igual que en España, en la mayo­ría de los países de Europa, la en­señanza religiosa se fundamenta en nuestras raíces cristianas comunes.

Año tras año la enseñanza de la religión en la escuela suele ser uno de los temas controvertidos. Discutiendo su presencia e instrumentalizando a la sociedad en una polémica carente de contenidos que, solo busca desviar la atención de los problemas reales de la educación. A pesar de ser la única asignatura de libre elección que, año tras año pasa por el re­feréndum de la matrícula. Es por ello que el estado debe garantizar a sus ciudadanos que la educación que reciben tiene presente su creencias y valores, respetando la neutralidad en referencia a todas las cosmovisiones. Respetando la diversidad que las distintas con­fesiones que forman parte del Estado y, permitiendo su presencia en la vida pública. Es desde esta premisa desde donde se fundamenta la presencia de la enseñanza de la religión católica en el ámbito de la escuela. Hoy son muchas las familias que en Espa­ña desean que sus hijos reciban una educación donde aprendan a conocer quiénes son, de dónde venimos, nuestras raíces, cual es el sentido de la vida, que valores nos ayudan a ser felices, qué sentido tiene el sufrimiento, que hay después de la muerte, etc. Todo esto y mucho más trata de aportar la clase de religión fundamentada en la cosmovisión cristiana de la vida. Por ello queremos agradecer a las familias de la provincia de Albacete su confianza, donde más del 70 % de la población escolar elige la asignatura de religión, 74% en Educación Infantil, 75% en Educación Primaria, 73% en Secundaria y 53% en Bachillerato.

La religión como hecho cultural, histórico, artístico, etc., necesita ser tratado dentro del ámbito escolar si no queremos que nuestros niños y jóvenes en un futuro no sepan interpretar los fundamentos de una cultura que, se quiera o no, se ha forjado desde las claves de una tradición cristiana. Por ello los alumnos deben tener una asignatura de religión, con la finalidad de dotarlos de una formación integral que haga de ellos personas independientes y, con unos ideales propios que les permitan emitir sus propios juicios y optar por el modo de vida religiosa que ellos elijan. La escuela como lugar socializador y educador debe facilitar una educación integral cuidando todos los aspectos de la persona, ya que los alumnos, actores vivos de este proceso, es aquí donde van a forjar parte de la vida futura.