Sin duda, es una verdadera lástima que las lenguas clásicas, latín y griego, estén perdiendo protagonismo en los planes de estudios actuales. Creo que dejar de lado la base de nuestra cultura, no solo el lenguaje como medio de comunicación, sino la esencia del conocimiento y del saber que ese término de 'clásico' encierra en sí mismo y ante la historia, es una aberración que deberíamos evitar llevar al límite.
Inicio mi reflexión semanal con el término latino 'Frustratio' para llevarlo al terreno de la preocupación y de la tragedia. Frustración ante la vida, ante las circunstancias que rodean nuestros caminos de la modernidad, de este siglo XXI, despersonalizado, deshumanizado, intransigente y dominado por los poderes materialistas de la necedad, el dinero, la política y el abuso de autoritarismo.
Y quiénes son los que mayormente pagan ese equivocado enfoque, esa hipocresía mediática carente de valores universales, los jóvenes, generación tras generación que desde los albores de este siglo van caminando hacia el futuro más incierto jamás conocido. Ni siquiera los tiempos de la antigüedad, tribales e inhumanos son comparables a la tremenda sensación que albergan las almas, más que los cuerpos, de nuestros jóvenes, ahora inmersos en esa ola de psicoenfermedad que les ha atrapado rin remedio. Dos de cada cinco sufren trastornos de ansiedad y de frustración causados por la ausencia de trabajo, su inconformismo, su desubicación social, su incomprensión ante la política que domina, su dependencia familiar y su incapacidad ausente ante el reto de una sociedad rota en su esencia. Todo ello, nos lleva a unas estadísticas trágicas, al observar como esta situación ha provocado que cuatro de cada cinco hayan pensado alguna vez en el suicidio como escape.
Y ante todo, la rotura del concepto de 'alma' como espiritualidad del contenido moral, o como condicionante del espíritu que generó conceptos de respeto, moralidad, dignidad y educación antaño, ahora distorsionados, llevando a extremos incoherentes ese brutal aumento de violaciones entre jóvenes, abusos y violencia de género entre adolescentes, miserias programadas como pérdida entre la ambigüedad y la retroalimentación de una sociedad de adultos que no saber elegir los adecuados caminos.
Por eso, 'Frustratio' es el vocablo latino que nos invade, especialmente a ellos. ¡Hagamos algo más de lo que hasta ahora hacemos o todo caeremos en el mismo fango!