Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Parar los pies

05/05/2023

Los sanchistas están de los nervios con el episodio del Dos de Mayo, pero un número importante de socialistas y gran parte de los votantes de otros partidos, muchos de ellos por rechazo al sanchismo más que por pasión hacia otras siglas, están encantados de que Ayuso haya parado los pies a un ministro de Sánchez y, en cierto sentido, haya parado los pies a Sánchez. No es la única: la Junta Electoral Central, después de llamar al orden en dos ocasiones a la ministra portavoz por utilizar las ruedas de prensa del Consejo para hacer campaña electoral a favor del gobierno y atacar de forma inmisericorde al PP, este martes le ha abierto un expediente.

Raquel Sánchez acusa al PP de hacer populismo antidemocrático, cosa curiosa cuando pertenece a un gobierno del que forma parte Podemos y que pacta con Bildu y ERC. No contenta, critica la falta de conocimiento del PP y del gobierno madrileño hacia el protocolo y el funcionamiento de las instituciones. Sobre lo segundo, son millones los españoles que consideran una absoluta falta de respeto a las instituciones que hayan sido asaltadas por el sanchismo, y cómo el gobierno esquiva las consultas al parlamento antes de tomar decisiones de gran relevancia política. Sobre lo primero, no pueden dar lecciones de protocolo quienes ningunean todo lo que pueden al Rey, impiden que presida actos que forman parte de las atribuciones del Jefe del Estado, se permite el presidente llegar tarde a citas con el Rey, adelantarle en público, o aceptar que sus socios, los independentistas catalanes, se nieguen a recibirle o saludarle como marca precisamente el protocolo. Todo eso sin que proteste Pedro Sánchez.

Presume este gobierno de talante de austeridad, pero el presidente hace abuso de un Falcon que nunca utilizaron sus predecesores para sus compromisos personales, y mucho menos para las campañas electorales. Envía Sánchez un mensaje a los israelíes criticando el proyecto de Netanyahu de reformar la Justicia dando más atribución al gobierno para la elección de jueces y recortando atribuciones del Supremo. Bien. Pero que lo diga Sánchez… Siguiendo en política exterior, nunca un presidente ha tomado decisiones de tanto calado como el cambio de posición respecto al Sahara sin dar explicaciones convincentes, permitiendo así que la rumorología haga todo tipo de especulaciones vergonzosas sobre el contenido del teléfono de Sánchez hackeado por Marruecos a través del programa Pegasus.

Podríamos hablar de corrupción, de inexplicables archivos de causas abiertas por supuesta falta de datos o por prescripción, y podríamos debatir sobre si es más grave nombrar fiscal general a una ministra de Justicia o que el líder de la oposición acepte la invitación de la asociación conservadora de fiscales. O debatir también si es correcto legislar ad hoc para contentar a los socios. Por cierto, Bruselas pretende agravar el delito de malversación. Aquí, se suaviza.

Ya era hora de que unos cuantos decidieran para los pies al sanchismo. Al fin.