El Albacete volvió a mostrar su solidez como equipo, el compromiso de sus jugadores, la energía que transmite y la emoción que genera en un partido donde se creció ante las adversidades y, quién sabe, sin ante las injusticias. El arbitraje del extremeño Hernández Maeso generó mucha polémica, con demasiadas acciones dudosas y que siempre perjudicaron al mismo. Demostró estar muy por debajo del nivel de la competición y del encuentro que le tocó dirigir.
El encuentro acabó con un empate que deja las cosas como están en la clasificación, con el Albacete en la sexta plaza y el Cartagena a dos puntos, aunque ahora con el golaverage a su favor.
Los locales dieron toda una lección de coraje y de compromiso, siendo mejores durante muchos momentos que su rival con un hombre menos. El Cartagena lo intentó todo, pero solo le llegó para poder empatar ante un Albacete al que nadie va a poder derribar de su sueño de jugar el playoff.
Sorprendió Rubén Albés con la inclusión de Escriche en el equipo titular, en detrimento de Higinio, pero pronto se vieron los motivos. El equipo manchego trató de buscar balones rasos a la espalda de la defensa, para aprovechar la debilidad de los centrales del Cartagena, expeditivos y seguros en los balones aéreos pero con más problemas cuando la pelota llega por abajo. Con Manu Fuster en la media punta y Dubasin por la derecha, el Albacete generó problemas pero le costó meterse en el partido, ante un Cartagena que salió con ganas de dominar.
La primera llegada con peligro la protagonizaron los manchegos en el minuto seis, con un balón franco para que Carlos Isaac intentase el disparo, pero intentó meterla al segundo palo, demasiado fuerte, y se perdió una buena oportunidad. Poco después era Ortuño el que lo intentaba desde lejos con un disparo cruzado que se fue fuera por muy poco tras ser tocado por un defensor. En las acciones a balón parado el Cartagena suele sacar petróleo, así que en el Alba había mucha concentración para evitar problemas y sus transiciones rápidas empezaron a rebajar las intenciones iniciales de su rival.
Corría el minuto 20 cuando Djetei y Pêpê pugnaron por un balón dividido y el brasileño quedó maltrecho en el suelo en una jugada justo en las narices del colegiado Hernández Maeso. Como el balón quedó en posesión del Albacete, Fuster aprovechó para meter un pase al hueco que dejó solo a Escriche ante el portero y el jugador cedido por el Huesca marcaba ante la salida del guardameta del Cartagena. La grada celebraba el tanto, pero jugadores y técnicos del Cartagena protestaban airadamente. El colegiado Hernández Maeso fue a revisar la jugada en el VAR, para comprobar que Djetei hacía falta sobre Pêpê, un claro plantillazo. El gol era anulado, pero lo peor estaba por llegar, al mostrar el extremeño la tarjeta roja al defensa del Albacete, ante la indignación de propios y extraños. El camerunés se marchaba llorando a lágrima viva mientras en el Alba, equipo y afición, se echaban las manos a la cabeza. Estaba clara la falta y la anulación del tanto, pero la expulsión parecía excesiva y rompía el partido, pues quedaban 70 minutos que el Albacete tenía que afrontar con un hombre menos. Hernández Maeso se había cargado el encuentro.
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