El grupo albacetense más conocido de todos los tiempos, rey de la escena indie en los años 90, vuelve a la carga después de tres décadas con nuevo disco titulado Más Allá, que cuenta con 12 canciones. Fernando Alfaro habla con La Tribuna de Albacete.

¿Cómo ha sido este nacimiento?

Muy natural, porque hemos seguido funcionando como grupo, pues en el 2017 reeditamos un material nuestro en ambos casos y en 2019 también. Como última vuelta de tuerca tocábamos el Hermanos Carnales entero y había canciones de ese disco que reinterpretamos como Ella y yo, Mis huesos son para ti, con las que hicimos un trabajo muy creativo.

¿Precisamente después de la reedición de Hermanos Carnales hace seis años se plantó una semilla para la vuelta a los escenarios?

La vuelta a los escenarios fue natural porque a nosotros nos gusta tocar juntos. Ahí quedó la idea, creo que fue Carlos Cuevas el que la soltó y dijo que si algún día si grabamos un disco nuevo lo podríamos hacer en secreto, para los amigos y después sacarlo por sorpresa para que tuviera esa áurea.

¿Por dónde navega su nuevo disco, Más allá, es más luminoso por los tres cortes que llegan?

Creo que este disco desde la oscuridad absoluta acaba siendo luminoso. La portada la refleja muy bien. Hoy me han mandado una foto que en la calle del Tinte está empapelada de póster de la portada, ilustrada por Joaquín Reyes, en la que sale una mujer invisible sosteniendo una especie de candil que ilumina la oscuridad. Esto sería  lo que es más o menos el disco. Partiendo de la más absoluta oscuridad, que fue la época de la pandemia, trabajamos durante esos años y excepto Conservación ultrafónica a las 4 am que es de Joaquín Pascual también es hija de esa época, porque luchamos contra la desaparición, con luz. Salimos de la pandemia, con amor y del contacto humano, aquel que no se nos permitía tener nos llevaba a saltar fronteras. Así es como nació este disco y otros muchos que estamos escuchando hoy en día, y la verdad es que se nota porque a la gente se nos llevó al extremo. Normalmente en las situaciones de crisis es cuando más música aparece y más literatura también.

En La Razón se dice que el motivo de la separación de Surfin' fue el no tocar con Nirvana. ¿Es cierto?

No, eso es simplificar demasiado. La separación fue en el 1994 y el concierto con Nirvana debía haber sido en el 92. Lo que sí que es cierto es que aquella gira fallida sobre el que se habían armado todo el entramado de la promoción del disco, al no ocurrir, afectó mucho al grupo y a la promoción del disco. Eso afectó a la propia fe qué podías tener.

Actualmente vive en Albacete, ¿esto ha sido de las principales razones de la vuelta de Surfin' Bichos?

Sí que ha ayudado mucho tener más cercanía, porque los 10 años que estuve viviendo en Barcelona estuvimos haciendo giras y todo, pero el contacto personal es muy importante, porque hay lazos de amistad en cualquier grupo y nosotros somos cuatro amigos.

¿Se podría decir que hay Surfin' Bichos para rato?

Depende de muchos condicionantes. Sinceramente no lo sé y tampoco sabemos lo que pasará. De momento estamos con este disco y no nos hemos planteado nada del futuro.  

¿Qué es para usted la música?

Para mí la música es lo que soy porque me dedico a ello, como de ello y es una forma de vivir en el mayor sentido de la palabra y de comunicarme con los demás.

¿Tocar con poca gente es como un partido de fútbol sin goles?

Recuerdo que en nuestra primera época que íbamos conquistando el mundo sí que tuvimos algunos conciertos con poca gente, pero dependía de lo que hubiera hecho el promotor o de la pegada de carteles, y sí es cierto que hemos conciertos ante cuatro gatos y han sido espectaculares. Una vez me pasó en Badalona que dimos un concierto, vino un crítico musical para decirnos que habíamos hecho un concierto flipante. De hecho lo recuerdo como uno de los mejores directos que hicimos en esa época. A nosotros no nos importa que haya cuatro o 4.000 personas, porque siempre que estamos en el escenario lo damos todo.  Además si te has ido a cientos de kilómetros y tocas desganado sería simplemente de ser gilipollas.   

¿Dónde os llevará este disco?

Empezaremos en Madrid el día 18 y después iremos por salas de toda España hasta que empiece el verano, entonces haremos un parón y después del verano seguiremos por toda la geografía. Sinceramente en Albacete todavía no nos han dicho nada.  

¿A veces no se es profeta en su tierra?

En nuestro caso no es así, porque la última vez que tocamos fue en Pulso Sonoro y en la Feria con los Planetas. La gira va a durar este año y el que viene.

¿Cómo os sentís en los ensayos?

En los últimos años hemos ensayado mucho, lo diferente es tocar material nuevo. Como luego le damos el mismo tratamiento y las asumimos como las anteriores que tocamos. De hecho el repertorio alterna canciones, obviamente, del disco nuevo como temas de entonces. Fue bastante heavy el empezar en los ensayos de este disco nuevo porque fue como volver a lo que hacíamos entonces, porque nuestra forma de trabajar es muy intuitiva, natural y muy directa. Antes de grabar el disco no le quisimos dar muchas vueltas, la grabé con guitarra acústica y se las pasé a los miembros del grupo para que cada uno las asumiera y les sacara su parte, y luego hicimos cinco ensayos y grabamos el disco. Esos momentos son muy excitantes, claro, cuando sacas material nuevo para grabar. Disfrutamos mucho cuando estás tocando tu música con tus amigos.

¿La canción Luz del Mediterráneo le lleva a las islas griegas?

Para mí la parte instrumental tiene un guiño a la canción de Fuerte, siendo canciones muy diferentes desde mi punto de vista hay un pequeño nexo común por lo que habla y como está instrumentada por Joaquín Pascual con bandurria y laúd la verdad es que ha quedado bien.