El VAR y el 'mea culpa' de Ancelotti

Óscar Maya Belchí (EFE)
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La actuación arbitral, con dos claras versiones, se lleva todos los focos con un Real Madrid mermado físicamente ante un Almería que acaba indignado

El entrenador de los de Chamartín acusó la falta de frescura de sus jugadores a una negativa valoración suya en el entrenamiento previo al encuentro contra el bloque andaluz. - Foto: Europa Press

El Real Madrid venció al Almería (3-2) el pasado domingo en la que fue la quinta remontada a un tanto tempranero del rival en lo que va de Liga, en esas victorias que le permiten seguir en la lucha con el Girona por el título y que, en esta ocasión, tuvo al VAR como protagonista en tres acciones definitorias de un duelo tras el que Carlo Ancelotti entonó el 'mea culpa' por el pobre nivel de su equipo en la primera mitad.

«Nos vamos con la sensación de que nos han robado el partido», así de contundente fue Gonzalo Melero en la zona mixta tras el choque. Un discurso que compartieron los otros dos jugadores rojiblancos que hablaron: Marc Pubill y Edgar González.

Por su parte, Gaizka Garitano fue escueto, evasivo en sus primeros mensajes en la sala de prensa. Quería evitar la sanción por criticar a los árbitros si decía lo que pensaba. Pero acabó dejando un mensaje: «No es la primera vez que me pasa esto aquí», en referencia a las actuaciones de los colegiados en las visitas de sus equipos al Santiago Bernabéu.

Tres acciones en las que Francisco José Hernández Maeso (Colegio Extremeño) acudió al monitor a instancias de Alejandro José Hernández Hernández (Colegio Canario) que desencadenaron dichas declaraciones.

Una polémica que no comparten desde el conjunto merengue, ya que entienden que se actuó de forma correcta corrigiendo tres jugadas que el árbitro principal señaló de forma diferente sobre el césped: la mano de Kaiky tras el remate de Joselu Mato que propició el 1-2 de penalti de Jude Bellingham; la falta de Dion Lopy sobre Bellingham en el inicio de la secuencia del gol de Sergio Arribas que era el 1-3; y el tanto de Vinícius Júnior, el 2-2 que previamente fue anulado por mano en primera instancia y que, tras la revisión, se decretó que fue con el hombro.

Sin embargo, la versión del Almería es bien diferente. En la mano de Kaiky reclaman falta previa de Joselu en el salto por detrás; indican que no es suficiente el impacto con la mano en la cara de Dion Lopy sobre Bellingham en el 1-3 de Arribas; y que en la diana de Vinícius las imágenes que le ponen al colegiado no son las adecuadas para apreciar que remató con el brazo y no con el hombro.

Tres situaciones y dos versiones que dieron vuelo a una polémica en el Bernabéu que llegó al Benito Villamarín, en boca de Xavi Hernández tras vencer al Betis: «Ya dije que va a ser muy difícil ganar esta Liga, lo dije en Getafe, que había cosas que no me cuadraban. Hay cosas que no controlamos. Lo ha visto todo el mundo».

Remontadas

Escudados unos en errores arbitrales y apoyados otros en la épica, la realidad es que el bloque de Chamartín sacó tres puntos que le permiten seguir el ritmo de un Girona que no se rinde y sigue arriba. Y, sobre todo, mantener la distancia de siete puntos contra su perseguidor, el Barcelona.

Y lo hizo tras encajar el sexto gol de la campaña en los primeros 15 minutos. Junto a Mallorca y Getafe, los que más han concedido en este lapso del partido.

Solo en uno de esos partidos no ha remontado el Real Madrid, y fue en el derbi liguero del 24 de septiembre, en el que Álvaro Morata abrió el marcador. Del resto, los de Ancelotti se fueron con los tres puntos. Tanto en el 1-3 en Almería, el 2-1 contra el Getafe, el 2-1 frente a la Real Sociedad, el 1-2 en casa del Barça y en el mencionado 3-2 frente al Almería.

Un total de 15 puntos de los cuales seis los han logrado en el tiempo añadido, y que si no hubieran sumado estarían lejos de un liderato que ostenta el Girona al tener un encuentro más, que los merengues recuperarán la próxima semana visitando al Getafe el jueves 2 de febrero.

Agotados

Más allá de la polémica, la primera mitad de los de Chamartín estuvo muy lejos del nivel mínimo. Como reconoció Ancelotti: «Hemos jugado una primera parte muy mala, con poca energía. La evaluación que hice tras el entrenamiento del sábado fue errónea. Ha jugado un equipo cansado la primera parte y lo hemos hecho muy mal», aseguró. Autocrítica del italiano tras unos primeros 45 minutos en los que su combinado encajó dos goles, no disparó a puerta y no dio sensación de peligro.

Imagen que provocó dos sonoras pitadas por parte de su afición a un equipo que había ganado la Supercopa de España hace una semana. Exigencia máxima para un Real Madrid al que se le notó falto de energía al llegar a su cuarto compromiso en 11 días, con dos prórrogas incluidas y un viaje a Arabia Saudí.

Para Ancelotti, esa fue la clave de la mala imagen y la buena noticia para él es que tiene rápida solución: descansar. Y justo el calendario se lo permite. La eliminación en Copa deja al conjunto blanco con seis días de margen hasta su siguiente encuentro, el sábado en la visita a Las Palmas.