Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


La joya de la corona

14/06/2023

Martes negro, martes 13 para el sanchismo. Se han pasado los últimos meses marcando como prioridad en las elecciones de mayo mantener el gobierno de Valencia -la joya de la Corona-, la alcaldía de Sevilla y que Isabel Díaz Ayuso no consiguiera mayoría absoluta en Madrid. Bingo.

Han obligado al PP a pactar con Vox, que no quería, pero más le vale a los socialistas no cargar excesivamente las tintas en ese aspecto: para millones de españoles Vox es un partido detestable, pero más detestable es que Pedro Sánchez haya metido en el gobierno a cinco miembros de Podemos, incluida una vicepresidencia y el ministerio de Trabajo, que no son piezas menores.

Este mismo martes el consejo de ministros ha aprobado el nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal para la Memoria Democrática, en contra de la opinión del Consejo Fiscal y de gran parte de la Asociación Progresista de Fiscales, donde algunos de los fiscales de más prestigio se han dado de baja. Al consejo de ministros presidido por Sánchez y del que forman parte tres jueces, les importa poco, nada, el conflicto de competencias que genera ese nombramiento, con Delgado tomando decisiones sobre asuntos en el que está especializado el bufete de su pareja, Baltasar Garzón. Así que lecciones de ética y estética por parte del sanchismo, pocas. Entre otras razones porque hay muchos asuntos que cuestionan la ética del gobierno: Bildu, indultos, malversación, sedición … la lista es larga.

Dicho esto, Alberto Núñez Feijóo ya se puede ir preparando para atar en corto a Vox, bien directamente o bien instruyendo a sus dirigentes regionales y locales para mantener a los socios de Vox, donde los tengan, dentro de los límites de las normas de la democracia. En Vox hay gente con biografía absolutamente respetable, aunque los que más destacan son los que se han echado al monte. Ocurre en todos los partidos, pero a la gente de Abascal no se le va a dejar pasar ni una. Y como caigan en la tentación de ejercer el gobierno imponiendo lo que de ninguna forma es aceptable, serán Feijóo y su partido los que saldrán mal parados. Porque si a la izquierda se le ha permitido alianzas con personas que para muchos españoles eran indeseables, al PP no se lo van a permitir.

Ahí tendrá que demostrar Santiago Abascal si es un político capaz de controlar a su partido. No le va a ser fácil, en su círculo más influyente hay personas que difícilmente aprobarían un examen de talante democrático. Al menos en Valencia, Vox ha asumido la exigencia lógica del PP: la renuncia a gobernar del catedrático condenado por maltrato a su exmujer.

El bipartidismo vuelve, pero PSOE y PP se ven obligados a buscar compañeros de gobierno. Hay que aceptarlo, y el PSOE de Pedro Sánchez no es quién para decir con qué partidos se puede o no se puede pactar. Lecciones, ni una.