Devoción, fe y esfuerzo

Virgilio Liante
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Los primeros instantes de la carrera estuvieron presididos por los vítores: «¡Viva el Santísimo Cristo del Sahúco!» «¡Viva su Santísima Madre!» y cuando llegaron a Peñas de San Pedro la tormenta hizo acto de presencia

Devoción, fe y esfuerzo - Foto: Rubén Serrallé

Aunque la tormenta hacía acto de presencia en Peñas, en  el Sahúco hacía un sol espléndido. Ayer, Lunes de Pentecostés, la imagen del Cristo del Sahúco viajó un año más desde su santuario, ubicado en la aldea a la que da nombre, hasta la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, en Peñas de San Pedro.

Los primeros instantes de la carrera estuvieron presididos por el habitual entusiasmo de los fieles. Las gargantas exclamaron los acostumbrados vítores: «¡Viva el Santísimo Cristo del Sahúco!» «¡Viva su Santísima Madre!», «¡Viva el acompañamiento!», así como el acostumbrado grito de guerra de los andarines, el clásico «¡Palmas, gandules!».

Como marca la tradición, ese popular traslado en hombros y a la carrera se produjo 51 días después de la Pascua, la jornada siguiente al domingo en que los cristianos celebran la venida del Espíritu Santo a los apóstoles. El calendario religioso de este año marcó que esta fuera una traída normal, inmersos ya en el mes de mayo. Aunque las condiciones meteorológicas fueron bastante malas, porque en la zona de Peñas de San Pedro hubo un «diluvio universal, aquí ha caído la mundial», como explicó el alcalde en funciones de Peñas a La Tribuna de Albacete, Antonio Serrano, que añadió que «hubo una tormenta fortísima que no desanimó a las 300 personas que participaron en una de las tradiciones religiosas más arraigadas de la provincia».

El de ayer fue un día festivo en Peñas de San Pedro, al igual que lo será el 28 de agosto, la fecha marcada para que la imagen del Cristo regrese a su aldea, en otra multitudinaria carrera que se celebra a primera hora de la mañana con el municipio en plena celebración de sus fiestas patronales. Hasta entonces, la imagen será expuesta en su camarín, podrá visitarse durante algunos días de la semana y se convocarán varios actos de homenaje.

A las 17 horas se llevó a cabo la santa misa y procesión hasta la Cruz del Santo. Posteriormente, se produjo la despedida oficial del Santísimo Cristo del Sahúco, con el cambio de la imagen de las andas a la urna. Una carrera embarrada por la lluvia en la zona de Peñas de San Pedro, con sus relevos llevó al Cristo hasta la Cruz del Puente de la Solana, donde el santero procedió a la distribución de parejas, aunque en realidad son de cuatro corredores, todos de blanco, con su fajín rojo en el mayor número de casos, aunque también azul. No faltó el calentamiento de los 300 andarines que acudieron a la cita, que ya desde muy jóvenes participan en este traslado de unos 14 kilómetros. Es una tradición que pasa de padres a hijos, arraigada en la localidad y sus pedanías, tanto es así que muchos peñeros regresan estos días justamente para participar en esta carrera.

Es fundamental en esta popular «llevada» el relevo de estos esforzados andarines, pues la carrera tiene un bello recorrido, que transcurre en su totalidad por la carretera provincial AB-505, con parajes singulares, pero no exentos de dificultad, con las vueltas del terreno, propias de esta puerta de la Sierra y muchos corredores se adelantan para ir incorporándose.