Ha querido el destino -también Pedro Sánchez- que pasemos por las urnas en un período muy corto de tiempo, concretamente 56 días. En un movimiento defensivo del presidente del Gobierno, digno del más avezado de los estrategas políticos, los españoles ya no se acuerdan del resultado de las elecciones municipales y autonómicas, que son muy importantes para los ciudadanos de a pie. Con la mayoría absoluta obtenida por el socialista Emiliano García-Page en la región, el panorama más interesante se encuentra en el Ayuntamiento de la capital, donde el también socialista Emilio Sáez perdió la Alcaldía a manos del popular Manuel Serrano. El PP obtuvo un buen resultado con 12 concejales, lo que le permite presentarse a la investidura sin necesitar un pacto de gobierno como sucedió en el anterior mandato entre Ciudadanos y PSOE. A pesar de obtener cuatro ediles, Vox será clave en momentos puntuales, como la aprobación de los presupuestos, pero no determinante de forma permanente durante los próximos cuatro años. Emilio Sáez ha ofrecido el apoyo del PSOE para que Serrano no tenga que depender de Vox, pero la relación entre uno y otro es, cuanto menos, fría y distante, por lo que llegar a acuerdos de forma continuada es improbable.
Pro su parte, Ciudadanos consumó una muerte anunciada que comenzó a fraguarse cuando Inés Arrimadas logró una victoria histórica en Cataluña, pero no quiso presentarse a la investidura. Ahora, ha desembocado en la práctica desaparición, con una Carmen Picazo que quiso abarcar mucho en su doble condición de candidata a la Alcaldía y a las Cortes Regionales, pero como dice el refrán... «el que mucho abarca, poco aprieta».