Victoria Lafora

Victoria Lafora


Orgullo y respeto

29/06/2023

La celebración del Día del Orgullo LGTBI, tan lúdico y festivo hasta ahora, sufre los avatares de la precampaña electoral y del avance de VOX en administraciones territoriales y locales.
Precisamente por las fechas, la batalla se centra ahora en las banderas que la extrema derecha ha defendido siempre, como el honor, manu militari.

La Junta Electoral ha conseguido que el partido de Abascal retirara la lona, colocada en la casa de las Bolas, en plena calle Alcalá de Madrid, en la que una mano con la bandera española, por supuesto, tiraba a la basura los derechos del colectivo LGTBI. Y como estamos, de momento, en la etapa simbólica, el presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, de VOX, amenaza con llamar a las fuerzas de orden para que retiren la bandera arcoíris que el grupo socialista ha colgado de sus ventanas.

Pero de las banderas, no nos engañemos, se pasa a la violencia física y verbal. Según recientes estudios casi un nueve por ciento de personas de este colectivo han sufrido agresiones homófonas y la sensación es que el discurso del odio crece. Sí se tiene en cuenta que, según el CIS, cerca de tres millones y medio de personas se declaran homosexuales, trans, etc. llegaríamos a la pavorosa cifra de que unos trescientos mil seres humanos han sido agredidos en la España de hoy en día. Pero, además, como era de esperar, son las mujeres lesbianas y
trans las que más sufren discriminación y acoso.

Por si faltara algo, al retrato inverosímil de un país moderno, democrático y respetuoso, muy pocos de los agredidos se atreven a denunciar por "haber normalizado la violencia o por vergüenza".

Ante este panorama y dado que los pactos PP/VOX siguen negociándose en varias comunidades autónomas, y que la cesión de las presidencias de las Cortes autonómicas empieza a ser una constante, es el momento de exigir el respeto por los derechos del colectivo desde las tribunas de los actos del Orgullo Gay. No basta con defender las formas y poder decir "todas, todos y todes". Están en juego cosas mucho más serias.

Aprovéchese los discursos, los actos públicos, la macro manifestación por las calles de Madrid, para reclamar que ningún cambio político pueda recortar derechos y libertades a unos ciudadanos que sienten su sexualidad como les da la real gana.