Como hellinero no puedo sentir otra cosa que la más profunda admiración por nuestro querido paisano Hilario; quien salió de las estrechas calles del casco viejo de nuestro añejo Hellín en busca de la luz y el brillo de la ciudad, del arte, de los candeleros y la comunicación.

Se fue de joven para siempre de su ciudad para no dejar de irse nunca, salió su voz de nuestro Hellín para no dejar de nombrarlo nunca. Su pueblo y el nuestro, de cuyo nombre siempre quiso acordarse y que con tanto orgullo le oíamos repetir en los medios nacionales. Quien crea que Hilario López Millán solo tiene una calle en Hellín, se equivoca, Hilario tiene un pueblo en Hellín.

Querido Hilario, he de felicitarte por tu vida, llena de victorias en lo profesional y en lo personal. Eres un ejemplo de rebeldía, de lucha y de superación frente a costumbres y clichés, hoy felizmente normalizados, pero no en tu época.

La mayoría de nosotros te recordamos colaborando elocuentemente en televisiones y radios; pero también, como uno más, sentado a las faldas de San Roque viendo bajar la procesión del Calvario. Así de brillante y así de humilde fue tu vida y será tu recuerdo en nosotros.

Anoche, justo en la festividad de tu barrio, los cohetes trepaban hacia el cielo buscando la Gloria y la Luz, que te acompañó desde joven y desde hoy tendrás para siempre.

Como un hellinero más y en nombre de todos ellos, desde la posición que me ofrece la alcaldía, quiero mostrar el dolor más profundo por tu marcha; al tiempo hacer llegar a tus familiares, amigos y personas amadas nuestro acompañamiento en estos momentos tan luctuosos.

Descansa en paz, Hilario López Millán. Allá donde fuiste no dejaste de hablar de nosotros; allá donde vayamos no dejaremos de hablar de ti.