¿Decepción? Sí, una palabra fuerte, dolorosa, pero que casi musitamos con resignación. Es que la decepción se puede producir cuando la vara estaba muy alta y la realidad la desmiente para mal, o cuando el resultado es tan malo que ya una mínima apetencia la supera. Igual que sucediera en el año pasado de 2020, la decepción ha invadido el alma de católico, del creyente, del devoto, del semanasantero o nazareno conquense, al no poder cumplir el deseo de hacer viva la Semana de Pasión en este 2021.
Debemos convertirnos en seres transparentes, por lo menos para nosotros mismos. Claridad, un vocablo que se repite, y que remite a un ver a través de, un abrir, una apertura a posiblemente lo que ya está abierto pero no oteamos. De eso se trata escuchar el dolor y mirar hacia el futuro.
Es curioso porque ahora nadie deja sola a la Virgen, es cuando más gente tiene pendiente de ella. Al pie de la Cruz (y en el Calvario del cerro de la Majestad) ha recibido a toda la humanidad como hijos y ahora tiene pendiente de ella a Juan, que ha asumido su misión, a la Magdalena y demás mujeres que no la quieren dejar sola. Tiene a su lado a todos los conquenses. Sin embargo en el momento en que la Virgen abandona el calvario contemplamos a una mujer radicalmente sola. ¿Por qué hoy contemplamos la soledad de María? La soledad de la Virgen es la soledad de la fe. Está sola porque sigue siendo, como siempre, la mujer de la fe. Esa fe es la que le hace estar sola para recuperar el credo social que se ha debilitado.
Y es, eso mismo, lo que ahora sentimos por no haber podido corresponder en su procesionar para estar a su lado en estos momentos de crueldad, tragedia, muerte; una pandemia que asola al mundo entre la desesperación y la incertidumbre.
Aún así, la Junta de Cofradías ha querido infundir esperanza; ha hecho resurgir la voz del recuerdo haciendo vivo en Exposiciones presentes, la seña de identidad de una Semana Santa Internacional como es la nuestra: El Museo de la Semana Santa, con las obras de Luis Marco Pérez, entre artistas clásico y también de vanguardia como Millares, Zapata o Tofiño; la parroquial de San Andrés, con cartelería y pregones de los últimos ochenta años; concursos y sobre todo, entre el 25 de abril y el 23 de mayo, junto a Salamanca, esa magna exposición sobre la Semana Santa de España, que ocupará nuestra catedral, presidida por la talla del ‘Cautivo de España’, y donde cerca de 80 localidades postrarán su devoción y prestancia.
Publicaciones, exposiciones, concursos, manifestaciones, gymkanas y todo un repertorio para singularizar la ausencia devocional por las calles y demostrar que la Virgen de la Soledad no estará sola, sino que entre esa Soledad de Soledades habrá manifestación de fe y devoción conquense ante la desgracia y la desesperanza, porque el próximo año 2022 será triunfal ante el misterio.