PSOE y Podemos, socios de coalición del Gobierno central, han encontrado un nuevo motivo de enfrentamiento en sus ya deterioradas relaciones. La aprobación por parte del Consejo de Ministros de una línea de avales del ICO que cubra hasta el 20% del crédito hipotecario de familias con menores a cargo y jóvenes de hasta 35 años ha abierto una nueva grieta en el Ejecutivo. La enésima.
Tampoco ha gustado al ala morada que se pretendan financiar unas 43.000 viviendas públicas de alquiler asequible con dinero procedente de fondos europeos, o que se haya dado luz verde a impulsar otras 20.000 viviendas en terrenos del Ministerio de Defensa por un valor aproximado de 620 millones de euros.
Tanto Unidas Podemos como los partidos que apoyan de manera constante las medidas del Gobierno se han mostrado enfrentados a las promesas de Pedro Sánchez. Las tachan de electoralistas desde Podemos y el PNV, Unas águilas, teniendo en cuenta que en la madrugada del viernes arranca la campaña. Otros partidos también afines, como ERC, piden directamente acciones como una nueva ley hipotecaria.
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y en claro proceso de proyección de su propio proyecto político, tampoco quiso perder foco y salió a la palestra para subrayar que no le ve sentido a volver a propuestas caducadas, toda vez que desde las posiciones más de izquierdas ven el uso de avales como una propuesta situada en las antípodas de lo que plantea su nueva Ley de vivienda, recién sacada del horno y pendiente de ser ratificada en el Senado. La líder de Sumar se une a la opinión de ERC y defiende que lo procedente sería centrarse en políticas más intervencionistas -como suspender las revisiones de los tipos de interés este año para congelar las cuotas- en lugar de predicar una medida que, en su opinión, únicamente pretende movilizar el voto joven en las próximas elecciones.
Es muy cierto que la gente, y en especial la más joven y con hijos, necesita un acceso real a la vivienda pública a unos precios adecuados, pero las formas en los que se plantea la solución vuelven a evidenciar las diferencias que existen en la coalición. Desde el PSOE calculan que los avales para financiar la entrada a una hipoteca pueden beneficiar a unas 50.000 personas, y que en ningún caso conllevará un coste extra para los beneficiarios.
Paralelamente, Ferraz y Moncloa niegan sistemáticamente que su propuesta se equipare al llamado programa Help to buy (ayuda a la compra) puesto en marcha hace años en el Reino Unido, un fracaso que terminó encareciendo los precios el doble que las ayudas. Parecerse, se parece. Y mucho.