La crisis sanitaria también es social y económica. Por esta causa, el Grupo de Acción Local Monte Ibérico-Corredor de Almansa tomó la decisión de ponerse en contacto con más de un centenar de empresas de la comarca para ver cómo les afecta la pandemia y saber qué necesitan para afrontar con garantías la presente situación.
El motivo que llegó al GAL Monte Ibérico-Corredor de Almansa a hacer el estudio es que, como corresponsable de la gestión de los fondos Leader de la Unión Europea, tiene entre sus responsabilidades hacer un seguimiento lo más detallado posible de la evolución de la economía local.
El primer resultado del sondeo es que el impacto de la pandemia ha sido muy desigual. Desde el 15 de marzo, hay sectores que tuvieron un parón del 100% de la actividad, como la hostelería y el turismo; también hay sectores que rozan el 100%, como la industria.
En el sector servicios, están la cara y la cruz. Los oficios como fontaneros, pintores o electricistas, las agencias de viaje, peluquerías, centros de estética, de fisioterapia o gimnasios pararon casi al 100%. Pero también hay quien trabaja lo mismo o más, como las gestorías
La crisis del coronavirus, por contra, no ha podido con los pilares del sector agroalimentario, la producción, la transformación y la distribución. Las tres ramas mantuvieron su actividad e incluso en la última se habla de un aumento considerable en las ventas.
Pero aquí también hay de todo. Por ejemplo, en el sector vinícola el cierre de la hostelería provocó una bajada del 50% en la demanda de producto embotellado. Los graneles también se frenaron, pero sin llegar a bloquearse, pues Italia es el principal comprador.
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