Serrano responde con dos triunfos al reto de ser el pilar

Pedro J. García
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El diestro albacetense, que corta cuatro orejas, protagoniza dos de las 11 puertas grandes logradas en la Feria Taurina, en la que se pasearon 32 orejas, 20 por los matadores de toros

Rubén Pinar y Sergio Serrano salen en hombros tras triunfar ante los toros de Victorino Martín. - Foto: Arturo Pérez

El final de la Feria Taurina de Albacete parece escrito por un guionista de cine, porque supuso el momento más brillante y emocionante de todo el abono con el triunfo de Rubén Pinar y Sergio Serrano ante los toros de Victorino Martín, en un mano a mano que será recordado por los aficionados. Fue el colofón a una Feria Taurina que, en lo numérico, deja 11 puertas grandes, siete protagonizadas por matadores de toros (Sergio Serrano por partida doble, Rubén Pinar, Paco Ureña, Juan Leal, Roca Rey y José María Manzanares), tres por novilleros (José Fernando Molina, Cristian Pérez y Víctor Hernández) y una por un rejoneador (Guillermo Hermoso de Mendoza). En lo artístico, el largo serial también deja triunfadores y decepciones.

Los triunfadores están liderados por Sergio Serrano, quien volverá a recibir el trofeo Dámaso González que concede el Ayuntamiento de Albacete, gracias a las cuatro orejas cortadas y, sobre todo, a que era el pilar del abono taurino, al ser el único matador de toros anunciado dos tardes, y respondió con dos triunfos ante toros de distintas condición, los de Jandilla y los de Victorino Martín. No lo tuvo fácil ninguna de las dos tardes, porque en la primera, ante un manso sin clase echó la moneda al aire en pos de la oreja que le abriese la puerta grande y salió cara, mientras que en la segunda, con un gran toro de Victorino Martín, el único premiado con la vuelta al ruedo en todo el abono, realizó una completa faena que le valió para desorejar al astado. Responsabilidad, brillantez y triunfo, por tanto, para Serrano.

En esa última tarde actuó otro de los matadores de toros que aparece en el cuadro de honor, el tobarreño Rubén Pinar, quien también respondió a las exigencias del encierro de Victorino Martín, firme y con mucho oficio ante toros de distinta condición, logrando también una importante puerta grande. Como lo fue la conseguida por Paco Ureña la tarde del día 14, con mucha verdad en su toreo, ante dos toros de distinta condición, en un descafeinado desafío ganadero de las casas Samuel Flores-López Flores y Domingo Hernández-Garcigrande.

Segundo en el particular escalafón ferial, por número de trofeos, aparece el francés Juan Leal, quien paseó tres orejas y justificó con su valentía la presencia en el abono, ya que fue uno de los toreros cuestionados cuando aparecieron los carteles. Completan la nómina de diestros que abrieron la puerta grande, Roca Rey, que desorejó al astado más terciado de la corrida de Daniel Ruiz tras una conjuntada y variada faena que remató con un bajonazo, aunque no fue impedimento para cortar dos orejas, y José María Manzanares que, en el otro fallido desafío ganadero de Victoriano del Río y Juan Pedro Domecq, cortó dos orejas al quinto de la tarde tras una faena sin apreturas y muy ventajista.

Entre los que tocaron pelo merece mención especial el toricantano José Fernando Molina, quien, en tarde de tanta responsabilidad y compartiendo cartel con dos figuras del toreo como El Juli y Roca Rey, no acusó el cambio de escalafón, con dos importantes faenas, la primera premiado con una oreja y la segundo quedó sin trofeo y, por tanto, puerta grande, por su fallo con los aceros, aunque dejó el poso de un joven al que hay que seguir en sus primeros pasos como matador de toros. Esa misma tarde, El Juli, que tuvo el peor lote, también cortó una oreja del cuarto gracias a su gran oficio. El hellinero Diego Carretero paseó un apéndice de el mejor toro de el Montecillo en el festejo que abrió el abono, Cayetano también logró una oreja, de menor peso, como la de Ángel Tellez ante un toro de Samuel Flores que estuvo por encima del joven torero.

Siete matadores de toros se fueron de vacío, entre ellos los albacetenses Andrés Palacios, que dejó detalles con su capote y naturales para el recuerdo con su muleta, y Miguel Tendero, con entrega y ganas ante el peor lote de su festejo. Antonio Ferrera y Álvaro Lorenzo pasaron de puntillas en la tarde triunfal de Juan Leal, a Talavante, pese a hacer el paseíllo el día 16, todavía se le espera, El Fandi animó el festejo en el que tomó parte con sus vistosos tercios de banderillas, y Morante de la Puebla, en uno de los desafíos ganaderos, dejó dos verónicas y media para el recuerdo y, curiosamente, fue el único diestro abroncado.

Novilleros. José Fernando Molina está entre los destacados como matador de toros, pero es el claro triunfador de los novilleros, no sólo en lo numérico, con tres orejas cortadas y una puerta grande, sino también en lo artístico, porque en la tarde de su despedida del escalafón novilleril logró una brillante actuación en la que demostró que está llamados a cotas mayores, como después corroboró la tarde de su doctorado. También salió en hombros Cristian Pérez, con un triunfo de raza y entrega. Cortó una oreja de su primer enemigo, que le cogió cuando toreaba al natural y, tras pasar por la enfermería, volvió con más entrega todavía para arrancar otra oreja a su segundo oponente y abrir por primera vez en el abono la puerta grande.  

El tercero que salió en hombros fue Víctor Hernández, uno de los novilleros que llegaba al abono albacetense como uno de los triunfadores de esta temporada en Madrid. Hernández logró una oreja de cada enemigo, la segunda, la que le abrió la puerta grande, tan justita como la petición que hubo en los tendidos.

Alejandro Peñaranda, al que correspondió el peor lote de la ganadería de Los Chospes, paseó una oreja de su primer enemigo y dejó buenas sensaciones, mientras que, esa misma tarde, el francés Lalo de María pasó de puntillas y se fue de vacío. También se marchó sin trofeos el toledano Álvaro Alarcón, del que se esperaba más.

Rejoneadores. Gracias a la corrida mixta celebrada el día 16, en la que Diego Ventura compartió cartel con los diestros Alejandro Talavante y Sergio Serrano, hasta cuatro rejoneadores actuaron en el abono albacetense, saliendo victorioso el que hacía su presentación en la Feria, el navarro Guillermo Hermoso de Mendoza, quien logró la única puerta grande en el apartado rejoneador. Guillermo, hijo del mítico Pablo Hermoso de Mendoza hizo bueno el refrán de tal palo tal astilla en su segunda actuación, donde destacó sobre Berlín, premiada con dos orejas. Diego Ventura, más irregular que en otras ocasiones, estuvo más lucido en su segunda labor, premiada con una oreja.

También paseó un apéndice el villarrobledense Juan Manuel Munera, mientras que la francesa Lea Vicens, que también repitió respecto al ciclo taurino del año 2021 demostró muy poco y se fue de vacío.