Las 52 sesiones del juicio a los protagonistas del procés, celebradas a lo largo de cuatro meses, dejaron a la veterana periodista Pilar Cernuda «con la mochila llena de medias mentiras o de medias verdades». «Había muchas preguntas en torno a lo que ocurrió en España y en Cataluña que no tenían respuesta. La principal, ¿esto quién lo paga?», señala al hablar del nacimiento de El alzamiento. Crónica de la manipulación de un pueblo (Planeta), su nuevo libro que acaba de ponerse a la venta. Un relato, como acostumbra Urbano, entre la novela y el relato periodístico, que provoca curiosidad ya desde el título. «La sentencia del procés recoge 47 veces la palabra alzamiento», explica, aunque es consciente de que «puede tener una segunda lectura perversa por el alzamiento nacional de 1936».
Hasta llegar al banquillo del Tribunal Supremo y a la posterior sentencia -«se ha conseguido que sea papel mojado»-, existe un antes y un después que es en lo que ha buceado la periodista para trazar su relato, con decenas de entrevistas a los protagonistas de esta etapa crítica de la historia de España. «Es lo más grave que le ha ocurrido al país desde que tenemos democracia», subraya. Así, Urbano ha dialogado con abogados defensores, letrados acusadores, miembros del Tribunal, políticos y, por supuesto, también con los presos: «No querían hablar de lo que habían hecho». «Salvo Oriol Junqueras, todos tenían miedo a ser sustituidos u olvidados por los suyos», detalla la cronista valenciana que reconoce haber tenido «confidencias de mujer a mujer» con quien fuese presidenta del Parlament cuando se aprobó la Declaración Unilateral de Independencia, Carme Forcadell.
El inicio
Minucioso en el contenido y ágil en la forma, El alzamiento pone sus ojos en el principio de la quimera secesionista en la que se embarcaron los Gobiernos catalanes. Y en ese principio estaba Pujol: «Es él quien comienza a hablar de nación». Un término que, para Urbano, supone el inicio del delirio independentista ya que «haciéndoles sentir nación, como logró Pujol, ya se está engañando al pueblo catalán».
Antes de que arrancasen la etapa más crítica, cuando ya no había vuelta atrás, con el Govern elaborando las llamadas leyes de desconexión, pasaron meses de conspiración, de movimientos más o menos públicos tras los que se encontraban otros completamente ocultos. Los secesionistas, apunta la periodista en su libro, no estuvieron solos. Surgen así nombres que fueron mucho más que simples rumores, como el multimillonario George Soros o el presidente ruso, Vladimir Putin, que sorprendentemente también fueron protagonistas de esta trama. «Putin quería poner una pica en la OTAN. Para Moscú, Cataluña era tanto o más valiosa que recuperar Crimea», remarca.
Son muchos los nombres que aparecen citados en un libro que tiene también su parte de thriller, con tres togados relacionados con el procés que murieron de forma repentina. Un libro que, eso sí, puede que no tenga escrito su último capítulo a tenor de las palabras de Pilar Urbano: «Cataluña es un volcán dormido (...) Los protagonistas anteriores quizá no lo vuelvan a intentar, pero se lo están inculcando a sus hijos, que lo volverán a hacer».