Hoy se celebra el Domingo Mundial de las Misiones, más conocido como el Domund. Es el día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones. Actualmente son 10.000 los misioneros españoles que desarrollan su labor en todo el mundo; muchos de ellos están en los 1.121 territorios de misión, donde vive la mitad de la población del Planeta. Decenas de misioneros albacetenses están repartidos a lo largo del mundo anunciando la buena noticia de Jesucristo. Son hombres, mujeres de Dios; son enamorados de Cristo, que se han puesto a disposición de quien les ha cambiado el corazón. Son misionero con Corazones ardientes, pies en camino, como dice el lema de este año.
María del Carmen Morcillo, misionera de Compañía de María en Bolivia, asegura que «la experiencia del gran amor de Jesús al llamarnos para estar con Él y continuar con su misión, moviliza no solo los pies sino el corazón. Moviliza la vida toda para dejar tu tierra, tu familia para ir a cualquier lugar de la tierra con el deseo de compartir ese amor y ayudar a levantar a cualquier persona desde su dignidad de hijos de Dios».
Por su parte, María del Carmen Gil, misionera de Cristo Jesús en Bolivia, consideraba que «Jesús sale a nuestro encuentro en algún momento de nuestra historia. Yo tuve la suerte de reconocerlo cuando participaba de una comunidad de jóvenes, en la parroquia de la Asunción de Almansa. Después fui conociéndole cada día más, y Él llenó mi vida. Y supe que tenía que ponerme en camino. Buscar una comunidad de vida y misión, y venir a Bolivia. Cuando Jesús entra en nuestro corazón, todo cambia y ya no podemos seguir igual. Hay que poner pies, boca, manos, ojos...para mostrarle a los otros. ¿Lo reconocemos en tantos hermanos y acontecimientos en que se nos muestra?»
Francisco Javier Pla, misionero IEME en el Amazonas de Perú, destacaba que «la tarea misionera de la Iglesia tiene retos evangelizadores allá donde se encuentra. Eso nos exige a los bautizados una actitud misionera en nuestras parroquias, familias y ambientes. Ser misioneros es compartir vida, amor y fe y construir juntos un mundo mejor. El Domund nos recuerda muchos retos en lugares muy precarios en todos los sentidos y que necesitan de nuestra oración, apoyo económico y relación de enriquecimiento mutuo. Tenemos ya buenos análisis de las situaciones que vivimos, hay que pasar al trabajo y caminar más juntos en todos los ámbitos eclesiales poniendo a Cristo y su Evangelio como piedra angular y, superando todo clericalismo, poner a todos los bautizados como auténtica columna vertebral de nuestra Iglesia misionera».
(Más información en edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete)