Clara Lozano: "Las obras están hechas con mi estética"

Antonio Díaz
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Clara Lozano regresa con una importante muestra que presenta estos días en el Centro Cultural La Asunción de la capital. La fotógrafa exhibe con el título 'Lo mundano y lo divino' un proyecto enmarcado en 'Miradas. Primavera Fotográfica 2023'

Clara Lozano: "Las obras están hechas con mi estética" - Foto: Rubén Serrallé

El Centro Cultural La Asunción de Albacete acoge una de las exposiciones más singulares del programa Miradas. Primavera fotográfica 2023, Lo mundano y lo divino, de Clara Lozano, que se puede visitar hasta el 13 de mayo. La artista comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de este proyecto.

¿Cómo surgió este proyecto del centro cultural?

Me lo propone la Diputación y al decirme en el centro que iba a ser, La Asunción, se me ocurrió, como está dividido ese espacio en dos salas, dividirlo temáticamente. Abajo, las obras que hablan de temas más terrenales, y arriba, más cerca del cielo, temas también que pueden considerarse terrenales, desde el punto de vista de la religión, lo divino, el cielo.  

¿Por qué se decidió por esa temática concreta?

Tenía obra hecha, que hablaba de la salud mental, que había sufrido y hecho algunos proyectos en torno a eso, y también mi obra está muy basada en la religión, el arte cristiano, en la pintura clásica religiosa. Me pareció una buena forma de dividirlo así. Claro, fui añadiendo obra especialmente para esta exposición y, al final, son 25 piezas, fotografías, en seis proyectos; tres arriba y otros tres en la parte de abajo del centro.

¿Cómo son los proyectos que aborda en La Asunción?

Los de abajo abordan la salud mental, tres trastornos, ansiedad, que he sufrido, la despersonalización y desrrealización, que es también un síntoma de la ansiedad, que he sufrido también. Luego, el otro es delirios de grandeza, otro trastorno, un tema que me propusieron desde mis redes sociales. Las obras están  hechas con mi estética habitual, fotografía pictorialista, de estudio, con luz artificial y modelos hieráticas, muy posadas, con mucha  atención en los detalles, en el vestuario, maquillaje y peluquería, porque he hecho yo todo. Arriba, otros tres proyectos basados en la religión.

¿Nos puede hablar de ellos?

El primero me lo propusieron en Instagram, que es el único que he publicado antes de llegar a la exposición, sobre la dualidad que tenemos, materia, espíritu, ahondando en como la religión se hace materia a través de las imágenes, de las vírgenes. La última serie trata sobre el pueblo, Así en el pueblo como en la tierra, y simula que el pueblo es el cielo, por lo que todas las imágenes muestran esos elementos clásicos que aparecen en los pueblos, desde un punto de vista muy celestial. Para terminar, Divino recreo, ahonda en el recreo que todos hemos vivido, explicado desde el punto de vista religioso.

¿Hay muchos contrastes entre Lo mundano y lo divino, desde el punto de la artista?

No, los abordo como hago siempre, lo que pasa es que lo se abajo no tiene nada que ver con la religión, lo de arriba, sí tiene que ver.

En esta muestra hay algo más, no solo es fotografía.

Claro, podemos decir que no sólo es fotografía. Me explicó,  mi pareja, que es Fran Milla, hace realidad aumentada y juntos tenemos un proyecto, Virtualidad real, en el que hacemos exposiciones virtuales, de las que ya hemos presentado también  alguna en Albacete, todo con tu móvil y de manera digital. En este caso, lo hemos trasladado todo a la sala y mediante códigos QR puedes aumentar algunas obras. Por ejemplo, si en alguna fotografía sale de un tocado unas mariposas, cuando escaneas el QR, esas mariposas salen del cuadro.

¿Las modelos que utiliza para este proyecto, son las que trabajan normalmente con usted?

Sí, a Paloma, una de mis mejores amigas, le llevo haciendo fotos desde que empecé en la Escuela de Arte a hacer fotografía y Lucía es su hermano, con lo que le hago fotos desde que  ella tenía un año. Con el resto de modelos también suelo hacer fotos asiduamente.

¿Un trabajo complicado y largo en su realización?

La verdad es que suelo ir haciendo proyecto a proyecto y tardo el tiempo que tengo, del que dispongo, me adapto,  a veces poco tiempo, una, dos semanas, depende. La fotografía lleva un proceso muy largo, porque la preparación, desde el concepto a la obra final, lleva su tiempo. No hay  photoshop, todo lo que ves está ahí y hay que planearlo bien en bocetos. Los retoques no afectan a la composición de la imagen.

¿Por qué esos grandes formatos, por el espacio?

La sala lo pide y yo siempre los he hecho. Al hacer fotografía puedo adaptar mi obra a la sala.  En esta, está perfectamente alineado con cada espacio y todo está cuadriculado. Eso te lo permite la fotografía, cuando haces pintura, es diferente. Todas las imágenes tienen el mismo tamaño y la sala es muy grande, así con los grandes formatos, puedes ver mejor todos los detalles.  

Su fotografía, su forma de trabajar, inevitablemente, lleva a los clásicos de la pintura.

Sí, tanto por cómo está impresa y enmarcada la exposición, parecen cuadros, no hay cristal que te aleje. La impresión es mate y luego, la estética, está basada en la pintura. Entonces, efectivamente, todo te recuerda a la pintura, pero es albo que está pensado, claro.

¿Tiene ahora muchos encargos y proyectos?

Realmente te tengo que decir que trabajo como fotógrafa en un millón de cosas, bien para empresas, redes sociales, que me gusta mucho, hago bodas, que también me gustan mucho, pero un número muy pequeño al año. Hago fotografía de todo lo que te puedas imaginar y luego, el tiempo que tengo para mí,  está dedicado a preparar mis proyectos personales para exposiciones, concursos y por amor al arte.

Suele seleccionar algún concurso también, ¿prepara algo en este sentido, algún concurso?

No suelo hacer demasiados. El último que me presente, que lo gané, fue Albacete siempre. El siguiente concurso al que me presentaré tiene que ser el del cartel de Feria, pero soy paciente, tengo ideas.