La del Santísimo Cristo de las Misericordias es una de las más singulares, impresionantes y solemnes procesiones de la Semana Santa de Albacete, marcando el inicio.

Una procesión que se inicia en la Capilla del Cementerio y como destacó el presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Martín, «la verdad es que estamos muy contentos porque nos hemos quitado todo tipo de restricciones y hemos trabajado duramente y ahora es el momento de disfrutar y hacer disfrutar con nuestra Pasión».

La Venerable Antigua y Penitencial Cofradía del Santísimo Cristo de la Sangre tiene este año dos novedades, ya que el Cristo ha sido restaurado por Pablo Nieto, en Albacete, con un gran trabajo, recuperando la policromía original. Además, a esto se suma que el Santísimo Cristo luce un ángel, de unos 60 centímetros, realizado por el escultor murciano Pablo Espinosa, con un cáliz en el que recoge la sangre del costado de Cristo.

Uno de los momentos más emotivos, sin duda, fue la salida del Cristo de las Misericordias, que se convierte durante la procesión en el Santísimo Cristo de la Sangre, por el pasillo de los panteones del Cementerio Municipal, acompañado por el obispo de la Diócesis, Ángel Fernández Collado, así como numerosas autoridades, miembros de la Junta de Cofradías y mucho público, con la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Santa María Magdalena,

Pero no es esta la única nota singular de esta procesión, ya que en unos momentos que buena parte de los españoles coge sus vehículos para ir de vacaciones, el Santísimo Cristo, portado por los cofrades, cruza la pasarla de la A-31, pasa la pasarela de Renfe, camino de la parroquia del Buen Pastor  y también pasa por la puerta de la las estaciones hasta llegar a la parroquia, donde la cofradía lleva a cabo un solemne Vía Crucis, muy seguido por los fieles. A la celebración de décimo aniversario del Cristo de la Sangre, se suma cada vez más gente, tanto en el recorrido de la misma como a la salida.