La cobija de García-Page

F. J. R.
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Felipe González refuerza la posición del líder de los socialistas castellanomanchegos, que marca otro camino frente a la amnistía

Felipe González y Alfonso Guerra, el miércoles en la presentación del libro de memorias de este último. - Foto: Juan Lazaro

En plena marejada interna del partido, y con la investidura pendiente de un puñado de votos, reunir a Felipe González y Alfonso Guerra bajo el mismo techo 30 años después tenía el morbo asegurado.

Si a estos dos pesos pesados del socialismo español, y recálquese bien esto último, se le añade la presencia del irreductible Emiliano García-Page, responsable de mantener una isla roja entre un mar azul de comunidades autónomas, dio como resultado que los micrófonos echaran humo.

La presentación del libro de memorias de Alfonso Guerra en Madrid fue la excusa perfecta, pero la ocasión bien merecerá un anexo en futuras ediciones. Que las habrá.

Frases de ambos ponentes como «la amnistía es una humillación deliberada a la generación de la Transición», «yo no he sido desleal, no he sido disidente, es más bien el otro, que va cambiando», o «no podemos dejarnos chantajear por nadie», calentaron el ambiente, con claras alusiones a Pedro Sánchez --siempre sin mencionarle--, dejando muy claro el sentir de muchos socialistas respecto a la posibilidad de amnistiar a los independentistas catalanes a cambio de que Junts facilite el Gobierno.

Entre frase y frase, y en plena primera fila, saltaban los flashes sobre García-Page, que antes de entrar a la presentación tenía muy claro que ver a González y Guerra de nuevo juntos en acción «merece muchísimo la pena», ya que «piensan las cosas que dicen y suelen decir lo que piensan al mismo tiempo». 

No le faltó razón, ya que en esas que llegó la frase de la noche, pronunciada en boca del exvicepresidente del Gobierno: «No piensan lo que está pasando. O nos metemos todos bajo la cobija de García-Page a no sé dónde vamos a ir».

Un foco más sobre el líder de los socialistas castellanomanchegos, que ya a esta altura de la película no tiene pelos en la lengua y que se ha convertido en unos de esos que sí sale en la foto aunque se mueva, como dijo la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero.

La cobija de Page, como la calificaba González, no es más que una dosis de sentido común por parte de un dirigente socialista que ha logrado volver a gobernar con mayoría absoluta haciendo gala de estabilidad: de políticas y de ideas.

La cobija de Page es saber que la Constitución no se toca ni se fuerza. Que gracias a ese documento Castilla-La Mancha está hoy donde está echando la vista atrás 40 años y que bajo las siglas del PSOE se ha trabajando siempre en su defensa.

 Felipe González no da puntadas sin hilo, y con su cobija refuerza la posición de un García-Page que marca otro camino frente a la amnistía y que ve subiendo en votos al Partido Socialista en el caso de que haya que acudir de nuevo a las urnas.