Juan García: «El proyecto educativo de las 600 fue muy ilusionante»

S.Robles
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El inspector de Educación y profesor de la UCLM afirma que «Ha sido una de las satisfacciones mayores que he tenido en mi etapa profesional al comprobar sus resultados, pues hay alumnos que ya han pasado a FP y Bachillerato»

Su discurso es tranquilo, comedido, equilibrado. La ilusión por la educación, que es muy profunda y extensa, la ha encauzado a través de un carácter innovador e inquieto en una carrera profesional de intachable desarrollo y conseguidos logros en un tiempo y una actividad nada fáciles. Su vida ha sido un constante movimiento de aspas que se han alimentado desde un colegio hasta la inspección a través de su fe ciega por el progreso, la innovación y la modernidad. Ahora con su jubilación emprende otro ciclo, que seguro será igualmente fructífero. Es Juan García López (Tobarra, 22, agosto 1953), un maestro de maestros en el amplio concepto que engloba el significado de magisterio. Hijo de ferroviario, su nacimiento en Tobarra fue accidental, pues la familia vivió en Hellín, donde transcurrió su infancia y adolescencia, primero estudiando en el colegio de los Franciscanos, luego en el CP El Rosario y  en el Instituto Laboral.

«A los dieciocho años, tomé la decisión de estudiar Magisterio en Albacete. En este centro de la Avenida de España comenzó a gestarse mi vocación por la enseñanza. En el año 1974 me marché a Barcelona para seguir profundizando mis estudios en educación en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad, donde me especialicé en Pedagogía, que era mi ideal para dedicarme por completo al mundo educativo. Compaginaba los estudios con un trabajo en un colegio privado IPSI, (Instituto Pedagógico San Isidoro) regentado por exsacerdotes donde aprendí mucho sobre la escuela nueva, la renovación. A los cuatro años aprobé las oposiciones en 1978 siendo mi primer destino el colegio de San Boi de Llobregat, del que fui director cuatro años, una escuela distinta en su ambiente y circunstancias a la anterior por la marginalidad de la zona y su problemática derivada de esta cuestión. Realicé la tesina sobre el rendimiento escolar y posteriormente la tesis doctoral en la Universidad de Barcelona sobre la motivación y rendimiento escolar. Tuve un excelente director de tesis, Sebastián Rodríguez Espinar, un prestigioso profesor e investigador que me marcó mucho en mi formación», afirmó Juan García.

Relata ahora uno los hechos que más le han marcado en su vida. «La experiencia de trabajar en un colegio de elite donde la burguesía catalana llevaba a sus hijos y luego en San Boi en un barrio de inmigrantes y marginal fue un contraste para ver como el origen del nacimiento marca a los alumnos en su trayectoria educativa. Este hecho me hizo investigar buscando formas innovadoras de enseñanza para estar a la última teniendo en cuenta que la educación es la herramienta poderosa  para ofrecer oportunidades a todos los alumnos».

En 1984 regresó a Albacete obteniendo una plaza en el CP Antonio Machado, del que ha sido director cuatro años. «Más tarde solicité el acceso a la inspección donde ingresé en el año 1989 hasta mi jubilación en el mes de agosto. Mi trabajo lo he orientado especialmente hacia los asuntos relacionados con la integración y la inclusión, tareas en las que me volqué más en los colegios de mi responsabilidad. Una de las satisfacciones mayores como inspector ha sido implantar y dinamizar en el barrio de las 600 un modelo de educación inclusivo en el año 2006, que se llama ‘Comunidades y aprendizaje’, un proyecto en colaboración con el CREA, dirigido por el profesor Ramón Flecha, con origen en la Universidad de Barcelona orientado a trabajar en situaciones de marginalidad, pobreza, abandono escolar. Es una de mis satisfacciones mayores por los resultados que se están recogiendo ahora al reducirse el absentismo escolar, subir el rendimiento escolar y por el hito extraordinario centrado en que alumnos del colegio La Paz comienzan a ir a los Institutos para hacer FP o alguna iniciativa aislada todavía de Bachillerato. Ha sido la parte profesional más rica y de más vivencias personales que he tenido como inspector». Este albaceteño, que también ha sido un excelente profesor desde 1995 en la Facultad de Educación del campus de Albacete, ha hecho realidad como pocos en el sistema de enseñanza y educación aquella idea de Peter Drucker centrada en la afirmación  de que «innovar es encontrar nuevos o mejorados usos a los recursos de que ya disponemos». Juan García ha potenciado con ideas nuevas, con planteamientos novedosos y modernos centrados en la realidad, a veces la más dura e injusta. Sus consecuencias positivas ya se están mejorando el aquí y el ahora de los niños, porque este hombre y su dinamismo han logrado junto a otros aliados que lo difícil en la educación parezca fácil. Es un gran educador.