La frecuencia de las intervenciones de párkinson que se realizan en el Hospital General desde que en 2007, hace justo 15 años, se incluyera esta cirugía en la cartera de servicios del centro público hospitalario, no ha variado, salvo la excepción de los primeros meses de la pandemia del coronavirus, y se mantiene en una cirugía al mes.
El equipo multidisciplinar de profesionales del Hospital General de Albacete que aborda la cirugía de párkinson ha realizado en estos 15 años más de un centenar de cirugía, en concreto si sumamos las 12 de 2022 y las realizadas ya en el primer trimestre de 2023 la cifra se aproxima a las 105, convirtiendo al centro hospitalario albacetense en referencia regional para el abordaje quirúrgico de esta patología. A esta cifra no obstante hay que sumar el hecho de que un mismo paciente ha podido pasar ya varias veces por el quirófano para el recambio del estimulador, teniendo en cuenta según informó el jefe del Servicio de Neurocirugía de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, el doctor Hernán Sandoval, que la duración media de la batería del neuroestimulador se agota entre los cuatro y los siete años desde su implantación, «en función de cada paciente el tiempo varía», agregó el neurocirujano, que precisó que los candidatos a esta cirugía son muy seleccionados por el equipo multidisciplinar de profesionales que interviene en la operación, puesto que no es un tratamiento válido para todos los enfermos de párkinson.
Entre los requisitos el doctor Sandoval citó que el enfermo debe tener un buen nivel cognitivo, ser menor de 70 años, responder bien al fármaco de levodopa, tener al menos durante cinco años el diagnóstico de la enfermedad. A ellos se suman otras propias de una intervención quirúrgica de estas características, como que el paciente no tenga tumores ni de flujo sanguíneo, entre otras patologías que lo harían incompatible.
Con motivo de la celebración hoy del Día Mundial del Parkinson, el facultativo especialista en Neurocirugía, una de las especialidades médicas que integran el equipo que opera y evalúa a los candidatos a someterse a una cirugía del párkinson, recordó que cuanto más jóvenes sean los pacientes que reúnen los requisitos para ser intervenidos «el resultado será mejor tras la cirugía, no sólo porque su respuesta cerebral es mejor, sino porque tenemos más años de disminución de medicación y eso es algo que resulta favorable para los receptores serotoninérgicos».
En cualquier caso, el doctor Hernán Sandoval que complicaciones en una cirugía de este tipo siempre hay, «pero ventajosamente llevamos un porcentaje bajo de complicaciones en estos años, similares a la media de los centros de referencia mundial».
El doctor Sandoval explicó que constantemente están introduciéndose novedades en esta intervención que han logrado optimizar la estimulación. En concreto, se han incorporado nuevos neuroestimuladores que se vienen utilizando desde el año pasado, «que permiten hacer un registro de las actividades diarias del paciente, y de esta forma recoger paso a paso en qué momento el enfermo se encuentra más rígido y de esta forma poder adaptar tanto la medicación como la estimulación»; a ello se unen nuevos electrodos direccionales, «que nos permiten adaptar y cambiar la frecuencia del estímulo y el sitio hacia donde va».
Además de los nuevos dispositivos que se han incorporado a la cirugía del párkinson, también a nivel farmacológico se han introducido nuevos tratamientos. Así lo indicó la doctora Ana Belén Perona, especialista en Neurología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y responsable de la consulta de trastornos del movimiento. Se trata de un nuevo fármaco de levodopa pero inhalado, «que mejora los bloqueos» y que «hace efecto en sólo cinco minutos». Un nuevo medicamento que se suma a los ya disponibles para estos enfermos y que viene a sustituir en muchos casos «al que hasta ahora disponíamos que era la apomorfina en inyecciones».
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