El albergue municipal atiende a 600 personas sin hogar en 2023

Teresa Roldán
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El perfil mayoritario de los usuarios que se alojan en recursos públicos son varones de entre 40 y 55 años, con algún tipo de adicción a sustancias y sin red de apoyo familiar

Imagen de archivo de una pareja sin recursos que pide limosna en una calle de la ciudad. - Foto: Rubén Serrallé

El sinhogarismo, la forma más extrema de exclusión social, ha aumentado en España. Así lo reflejan los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que señalan que la media diaria de personas sin hogar acogidas por los servicios sociales se elevó de las 17.772 atendidas en 2020 hasta las 21.684 personas en 2022, un 22% más. De esa cifra, 7.105 eran mujeres. Un total de 28.552 personas sin hogar fueron usuarias de centros asistenciales de alojamiento y restauración en el año 2022, de las cuales 7.277 han pernoctado en espacios públicos. Un millar de las plazas públicas fueron ocupadas por personas sin hogar en centros de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha en 2022. 

El próximo día 10 de este mes se celebra precisamente el Día Mundial de las Personas Sin Hogar, una fecha para volver a visibilizar esta realidad, de la que desgraciadamente la capital y la provincia de Albacete no es ajena, y que debido al encarecimiento de la cesta de la compra y a las dificultades de la población para acceder a una vivienda no deja de crecer.

Según datos facilitados por los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Albacete, en estos momentos son 37 las personas en exclusión social y sin hogar que hay alojadas en el Centro de Atención Integral de Personas Sin Hogar (Caipsh),  que con 70 plazas gestiona el Consistorio, y cuyo objetivo es atender las necesidades básicas de personas sin vivienda o que se encuentran de paso en la ciudad.

Por este recurso sólo durante el primer semestre han pasado este año 600 personas, una cifra similar a la del mismo periodo de 2022. Durante todo el ejercicio pasado por este dispositivo pasaron 1.537 personas, de las que 1.424 fueron hombres y 113 mujeres, según la memoria de Servicios Sociales.

Otro ejemplo de la gran demanda de este recurso es la utilización del servicio de duchas que se presta en el mismo durante todo el año, el de duchas, con 4.725 usuarios.

El plan de intervención permitió también ayudar a 80 usuarios del recurso con adicciones, 12 de ellos con toxicomanías graves, a los que se les buscó un recurso de desintoxicación en la región.

El albergue dispone además en sus instalaciones de un espacio reservado para las familias, madres y padres con hijos o madres solas con hijos para situaciones transitorias, y como complemento dispone para estos casos también de varios pisos junto al cementerio (viviendas que se habilitaron en la época de pandemia y que siguen abiertas), siendo en la actualidad seis las familias que las ocupan. En este último caso el recurso por una unidad familiar pude ser utilizado durante un mes, ya que desde ese momento los Servicios Sociales empiezan a trabajar con cada caso en su plan de intervención particular. 

Organizaciones no gubernamentales como Cruz Roja llevan muchos años, como parte de su filosofía de atención humanitaria a los más desfavorecidos, trabajando con el colectivo de personas sin hogar, situación que, lejos de resultar excepcional, puede responder a numerosos y diversos factores, como la pérdida de trabajo, el agotamiento de los ahorros, los problemas y las rupturas familiares, las adicciones, etc. Tanto es así que el programa de atención a personas sin hogar de la ONGha intervenido en lo que va de año en la capital y la provincia, bien con actuaciones puntuales o continuadas, con 220 personas, el 25% de ellas mujeres.

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