La reanudación de la actividad tras el fin del estado de alarma ha impulsado la creación de empleo hasta su mejor julio desde 2005, al sumar 161.217 trabajadores, aunque la afiliación continúa muy por debajo de los niveles previos a la crisis sanitaria.
En esa misma línea, el paro registrado ha descendido por primera vez desde el inicio del confinamiento, con una reducción de 89.849 personas con respecto a junio, la mayor bajada para un mes de julio desde 1997.
El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, ha hecho una valoración "positiva" pero "cautelosa" de estos datos, que han estado muy influidos por la recuperación del sector servicios y especialmente de la hostelería.
La afiliación a la Seguridad Social aumentó en julio en 161.217 trabajadores en términos medios, hasta un total de 18.785.554, el mayor incremento desde 2005 y el tercer mes consecutivo al alza, con lo que "continúa el proceso de recuperación paulatino", según el secretario de Estado de Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo.
Esta recuperación está ligada al crecimiento del empleo turístico -la hostelería lideró la creación de empleo con 66.924 afiliados más-, ha explicado Arroyo, quien ha advertido de que se partía de datos bajos y que en algunos lugares, como los archipiélagos, la situación laboral "es muy mala".
Así, la afiliación a 31 de julio era 884.869 personas inferior a la del 12 de marzo, cuando se anunció el estado de alarma, un desfase que en su mayor parte (510.902 trabajadores) corresponde al sector servicios.
La afiliación del régimen general creció en 141.117 personas en julio, con repuntes en todos los sectores salvo la educación -que pierde 82.789 trabajadores en coincidencia con el fin de curso-, mientras que los autónomos sumaron 17.506 altas, hasta un total de 3.262.758, lo que supone recuperar "prácticamente" el nivel previo a la crisis.
Además, en julio dejaron de estar bajo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) un total de 712.000 personas, lo que deja el número de trabajadores con su contrato laboral total o parcialmente suspendido en 1,1 millones, la mayoría (932.609) por fuerza mayor y vinculados al turismo. Dos de cada tres personas acogidas a un ERTE durante la pandemia han abandonado esta situación.
En julio también se ha registrado el primer descenso del paro desde febrero, antes del inicio del confinamiento, con una reducción de 89.849 personas, la mayor desde 1997 para ese mes.
Esto deja el total de desempleados en 3.773.034, lejos de los 3,25 millones de febrero y de los 3,01 millones de julio de 2019.
El paro descendió en todos los sectores salvo la agricultura -donde aumentó en 11.108 personas-, sobre todo en los servicios (84.563 personas), así como en la industria (9.444), la construcción (6.556) y el colectivo sin empleo anterior (394).
Por comunidades autónomas, el paro subió en julio en Madrid, Murcia y La Rioja, mientras que se redujo en el resto de regiones, especialmente en Andalucía (21.901 personas), Comunidad Valenciana (21.782) y Cataluña (15.670).
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) abonó en junio 2.263.819 de prestaciones, lo que supuso un desembolso de 4.115 millones de euros, 1.411 millones menos que en mayo, principalmente por la reincorporación de los trabajadores acogidos a un ERTE, una tendencia que según Pérez Rey continuará en julio con una reducción de 1.000 millones adicionales.
Pérez Rey ha destacado que en julio se registraron 1.536.122 contratos, lo que refleja la recuperación de una cierta normalidad a pesar de ser una cifra un 29,5 % inferior a la del mismo mes de 2019, al tiempo que ha lamentado que solo un 9,19 % de ellos fueran indefinidos.
Los sindicatos CCOO y UGT han alertado de la precariedad del empleo creado en julio, al tiempo que han instado al Gobierno a impulsar el plan de reconstrucción económica y desbloquear los fondos vinculados a las políticas activas de empleo, mientras que la CEOE ha reclamado mantener e intensificar las medidas de apoyo económico.