"Tener deuda cero está bien, pero lo importante es la gestión"

E.F
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El presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, destaca que "esta institución es la prueba de que se puede sanear sin recortar servicios e inversiones"

Santiago Cabañero, presidente de la Diputación de Albacete. - Foto: R.S.

Hace hoy una semana, el Pleno de la Diputación Provincial de Albacete veía la liquidación del presupuesto de 2023. Un punto en teoría muy árido, como suelen ser todos los económicos, pero que esta vez dio para un titular de los 'bonitos': por primera vez en mucho tiempo, la institución iba a dejar a cero el contador de su deuda.

Ahora bien, detrás de este titular redondo, lo que hay es muchísimo trabajo. Un camino muy largo que  para el presidente de la Corporación, Santiago Cabañero, es tan importante como el resultado final.

¿Qué implica tener por fin la deuda cero al alcance?

Vamos a ver, no sacralicemos la cifra. Tener la deuda cero al alcance de la mano está bien, pero lo importante es toda la buena gestión que hay detrás, que te permite tener un margen de maniobra para hacer frente a  a cualquier eventualidad que surja.  No podemos preverlo todo, eso lo hemos visto desde 2015 unas cuantas veces, por ejemplo con las DANA o con el Covid. Eso supone que tienes que ir a financiarte para dar a los municipios y al ciudadano el servicio que exigen y merecen, y en los bancos no te reciben igual si vas 'pillado' si me permite la expresión, o si vas con los deberes bien hechos, si ven que eres fiable y serio.

¿Cómo se ha conseguido este saneamiento, desde un 53% de deuda en 2015 hasta hoy?

En julio de 2015, teníamos 40 millones de deuda, ése era el punto de partida; pero eso fue sólo el inicio, luego nos cayeron encima 14 millones más de la herencia Urrea. ¿Qué hicimos? Primero, buscar más, generar nuevos ingresos y recursos, salir a buscar más ayudas y fondos en Europa, en España y en Castilla-La Mancha. Segundo, una gestión presupuestaria muy rigurosa, como ya explicó en su momento el vicepresidente Valera; eso nos ha permitido, por ejemplo, a que la diferencia entre previsión e ingreso es mínima, ingresamos el 99,72% de lo presupuestado lo hemos ingresado. También hemos sido un tanto 'rácanos' a la hora de estimar el gasto, lo que nos permite tener unos remanentes de tesorería que te dan un gran margen de ahorro e inversión. Por eso,  hemos sido capaces de elevar la inversión directa en los ayuntamientos hasta los 143 millones de euros, lo que no se había hecho nunca. 

¿Lo que describe no es llevarle la contraria a cierto discurso predominante desde 2008?

Claro que sí, esta institución es la prueba de que se puede sanear sin recortar en servicios e inversiones. La gran excusa que se daba cuando se le imponían recortes a los ciudadanos es que no quedaba más remedio, que lo primero era la deuda. Aquí, en la Diputación de Albacete, ya no tenemos el corsé de pagar deuda todos los años, lo hemos logrado sin recortar servicios, y eso nos permite tener más fondos para nuestros ayuntamientos y para hacer frente a todas las necesidades nuevas que puedan surgir en los años venideros. Y además, déjeme subrayarlo, hemos logrado todo esto en una institución sin capacidad tributaria propia, aquí no tenemos el recurso de pedir a los que más tienen para destinarlo a los que menos.

¿Qué influencia ha tenido en este modelo de gestión esos imprevistos que mencionaba antes, como las DANA o el Covid?

Mucha, porque hemos tenido que aprender a ser flexibles. Improvisar es un verbo con mala fama, pero estos enormes imprevistos nos han obligado a desarrollar una gran capacidad de adaptación a lo que venga, que se deja notar en los nuevos programas que hemos creado, con más autonomía para los municipios, o en cómo afrontar otra clase de gastos con los que no se contaban, como pasó con la Herencia Urrea

¿Todo esto habría sido posible sin la suspensión de la regla de gasto por parte del Gobierno central?

Habría sido mucho más difícil. Pero hay que reconocer que gracias a esta medida hemos podido hacer presupuestos expansivos, poder disponer de más recursos sin tener que estar encorsetados por un techo de gasto que encima era muy injusto, porque  hacía recaer buena parte del ajuste del déficit público sobre las administraciones locales que, con diferencia, siempre han sido las más saneadas, entonces y ahora. 

¿Además de los programas que ya han creado o consolidado, tienen en mente otros nuevos?

En esta casa siempre pensamos en programas nuevos de inversión, gracias a los buenos resultados económicos. Este año, sino ir más lejos, hemos aumentado en un seis por ciento el nivel de inversión. En cuanto a programas concretos, el último fue el Dipualba Emergencias, que es de 2022, pero que este año ya llega a los 750.000 euros. Está el Dipualba Responde, que le concede bastante libertad de gestión a los ayuntamientos, por ejemplo este año hay cuatro ayuntamientos que van a dedicarlo en un 100% al pago de gasto corriente porque así lo estiman oportuno. Y está el POS, el más veterano, pero que también ha evolucionado de un programa que se nutría de aportaciones del Estado y de la comunidad autónoma a dotarse de fondos propios de la Diputación.

¿Dar libertad de gestión a los municipios no es descentralizar?

Supone ceder poder, que es lo que haces cuando le dices a un ayuntamiento que mira, éste es el dinero que tienes, adminístralo bien, tú decides el destino, tú licitas y si en el trámite logras un ahorro, tú te lo quedas. Esto es un rasgo único del Dipualba Responde que explica la buena acogida que ha tenido entre los ayuntamientos. Y lo enlazo con la liquidación del presupuesto del 2023, porque si cierras un ejercicio con un remanente de tesorería de 25 millones, éso no sólo te permite quitar deuda o dejarla a cero, eso te permite ampliar los programas que tienes y pensar en otros nuevos. Por eso decía que lo importante es la gestión que hay detrás, no un dato puntual que claro que está bien, pero que no es lo fundamental.