La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha condenado a 27 años de prisión al cocinero de un restaurante chino de la capital, por intentar matar a puñaladas a su jefa, al hijo de ésta y a una trabajadora, el 26 de junio de 2021. Además el acusado tendrá que pagar más de 127.000 euros en indemnizaciones. 

Según la sentencia, el acusado, nacido en China, trabajaba de cocinero en un restaurante chino, ubicado en la avenida Isabel La Católica de Albacete, siendo propiedad de una mujer, la cual regenta el establecimiento junto a su hijo.

Aunque el acusado ha sido condenado por tres delitos de asesinato intentado, ha sido absuelto también de un delito de homicidio en grado de tentativa, del que estaba acusado puesto que la Fiscalía y la acusación particular consideraban que también había intentado matar a la novia del hijo de la dueña del restaurante en el que trabajaba, hechos que el Tribunal no considera probados.  

En cualquier caso, el abogado de la acusación particular, Eduardo Villena Motilla, se mostraba satisfecho con la pena impuesta por el Tribunal. «Estamos más que contentos con la sentencia, porque la defensa quería que se considerase que tenía algún tipo de trastorno mental, para que se le absolviese».

En este sentido, cabe destacar que las condenas por los delitos de asesinato intentado, se han impuesto con la atenuante de arrebato u obcecación

Según la sentencia, el acusado llevaba tiempo afectado por una dolencia que él creía que estaba motivada por el trabajo. Su jefa y el hijo de ésta eran quienes le habían acompañado al médico haciendo las funciones de intérprete. Sin embargo, el acusado consideraba que sus jefes, de forma intencionada, no traducían bien al médico lo que él tenía, por lo que pensaba que le estaban engañando. 

El 26 de junio de 2021 el acusado se personó por la mañana en el restaurante insistiéndoles con sus problemas de salud, pidiéndoles que le pagaran un seguro privado o un tratamiento en China. Sobre las 19,45 horas, el acusado acudió de nuevo al local, dirigiéndose hacia la mesa donde se encontraba comiendo su jefa y puso música fúnebre china con el móvil, y comenzó a recriminar a la propietaria su estado de salud, reprochándole que le habían engañado. 

Su jefa se levantó, ignorándolo, y fue a la cocina, donde se encontraba su hijo trabajando. El acusado entró en la cocina donde continuó con sus reproches a madre e hijo, mientras ellos se dedicaban a sus respectivas labores.  En un momento dado, el acusado se percató de que desde la puerta de cocina, la novia del hijo, estaba grabando con su móvil lo que sucedía, por lo que estalló, de forma violenta, y le dijo que dejara de grabar, que si no tiraba el móvil la iba a matar, al tiempo que cogió un cuchillo de unos 17 centímetros de hoja, que había sobre la encimera de la cocina, y se dirigió hacia la dueña y hacia la nuera de ésta, que estaban en la puerta de la cocina, empujando a la propietaria del restaurante, que le dijo a su nuera que corriera. 

En ese momento, y, de forma repentina, sin que le diera tiempo a la dueña de avanzar más allá de la puerta, el acusado, actuando con el propósito de acabar con su vida, le asestó una cuchillada en el costado, cayendo aquélla al suelo, donde quedó herida y desprotegida, algo que aprovechó el acusado para seguir propinándole cuchilladas pese a los vanos intentos de la víctima de protegerse con los brazos y las piernas, al mismo tiempo que también le decía que iba a matar a toda la familia; cesando el ataque cuando un repartidor de comida a domicilio del establecimiento, que presenció la agresión, se acercó y le arrojó una silla. La propietaria aprovechó para levantarse y salir corriendo hacia la puerta del restaurante. 

Acto seguido, el acusado, actuando con el mismo ánimo de acabar con su vida, entró en la cocina con el cuchillo en la mano y se dirigió hacia el hijo de la dueña, quien no lo vio acercarse al encontrarse de espaldas realizando su trabajo, y, de forma sorpresiva y súbita, le clavó el cuchillo por la espalda, y, cuando éste se giró, al notar el golpe, continuó lanzándole cuchilladas en la cara, interponiendo la víctima sus brazos para evitarlo, cayendo la víctima al suelo donde el acusado continuó lanzándole el cuchillo con fuerza, alcanzándole en la pierna izquierda y en el brazo izquierdo, donde se lo dejó clavado, mientras el hijo de la dueña trataba de esconderse bajo los fogones.

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