Encaramos la recta final de la campaña electoral, quizás la más extraña de las últimas convocatorias con las urnas, pero los políticos multiplican por doquier sus apariciones públicas, bien sean en actos organizados por los respectivos partidos, bien sean en debates electorales o en mítines que no tienen que convencer a nadie. El caso es moverse para salir en la fotografía e intentar rascar el número máximo posibles de votos para poder gobernar en los ayuntamientos o en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
En la actividad política de estos días frenéticos, se suceden las propuestas para gestionar las instituciones desde las posturas diferentes de cada partido político, pero hay temas que son comunes a las formaciones políticas, aunque sean de distinto signo político. Pero lo más preocupante es que estos asuntos suelen repetirse elección tras elección sin que ninguno de los ganadores posteriores de los comicios sea capaz de sacar adelante la empresa en cuestión. En la ciudad de Albacete, asuntos como el desdoblamiento del puente de Campollano, el final de la carretera de circunvalación AB-20, el nuevo hospital o las comunicaciones por carretera -A-32, que uniría Albacete con Linares- o por ferrocarril       -aumento de frecuencias con Valencia- son necesarios para el porvenir de la ciudad en los próximos años.
En definitiva, que quiero pensar que los problemas del día a día de las instituciones no dejan espacio para desarrollar los grandes proyectos, que hoy por hoy tienen una mayor dificultad para ejecutarse por los precios al alza. Sin embargo, los políticos continúan con sus promesas... total, no se van a llevar a cabo.