En los primeros cuatro meses del año, numerosas materias primas como el oro se encuentran con las mayores cotizaciones que han alcanzado jamás. Lo mismo ocurre con productos alimentarios como el aceite de oliva virgen extra o el azúcar, que se sitúan en sus máximos históricos. Y en las últimas semanas, otro de los artículos que marcar récord de precio es el cacao, el llamado alimento de los dioses, que está convirtiendo en auténtico lujo poder degustar una simple tableta de chocolate o una caja de bombones.
Así, los futuros de la Bolsa de Nueva York apuntan a un crecimiento del 232,49% en lo que va de año y ya supera los 10.000 dólares por tonelada, cuando hace tan solo un año rondaba los 2.900 dólares provocando, incluso, que ya sea más caro que materias primas de la industria como el cobre.
Los expertos apuntan como causas de este fenómeno, en primer lugar, a las malas cosechas de los últimos años. La mayor parte de la producción se concentra en Ghana y Costa de Marfil, dos países africanos en los que la escasez de lluvias está castigando estos cultivos, además, de la enfermedad que provoca el hongo de vaina negra que también afecta a esta planta y que está deteriorando su explotación a nivel mundial.
Se trata solo de dos de los problemas principales, a los que también habría que añadir una falta de inversiones e infraestructuras ante los bajos márgenes que obtienen los pequeños agricultores de estos territorios, en un sector afectado también por los intermediarios, que han visto la oportunidad disparar los precios de una forma desorbitada al tener controlado unas explotaciones muy localizadas que dominan muy pocas empresas.
El presidente de la Organización Internacional del Cacao (ICCO), Rafael Soriano, ha confirmado que la caída de la oferta en los grandes productores africanos se debe a las perturbaciones climáticas y a las enfermedades que están destruyendo una parte importante de las cosechas, hasta un 30% en algunos de los Estados productores
De hecho, el cacao está acaparando todas las miradas en el segmento de materias primas alimentarias internacionales este año, una situación similar que también sufre el café, que ve cómo su cotización se eleva mes a mes, pero de una forma más moderada.
Un rally de precios que, lejos de frenarse, está repuntando en el último año y ya ha desatado una crisis histórica en las economías de los países productores que suministran la mayor parte de la demanda chocolatera.
En mercados como África Occidental, que acumula el 70% de la producción global del cacao, las cosechas han sido las más pequeñas de los últimos tres años como consecuencia de las altas temperaturas, la sequía y las tormentas tropicales.
En este sentido, la Organización Internacional del Cacao (ICCO) espera un déficit récord este año que alcanzaría las 400.000 toneladas de esta materia y los distintos actores de la cadena de suministro de cacao ya están buscando alternativas en Ecuador, Perú e Indonesia.
En España, la preocupación por el valor del cacao no se oculta. A los altos precios de la leche, el azúcar, la energía, los costes laborales y los impuestos, se añade ahora el repunte en la cotización de esta referencia que afecta directamente a su funcionamiento. De hecho, ya hay empresas que no descartan subir sus tarifas y consideran que el mercado del chocolate va a debilitarse.
Regulación europea
Asimismo, una de las preocupaciones que alertan a los expertos es la nueva regulación que ha impuesto Europa en la que se prohíbe vender en el Viejo Continente algunas materias primas si se demuestra que provienen de terrenos deforestados. La primera consecuencia de esta legislación es que productos como el cacao se han encarecido en el mercado más en la UE que en EEUU con una diferencia que ya alcanza los 400 dólares, desde los 40 dólares que se registraban históricamente.
Europa es el mayor consumidor del mundo de cacao y, según los economistas, la próxima regulación sobre deforestación de la UE podría limitar la producción, especialmente al ver que ya no tienen garantizada su principal cartera de clientes, lo que puede provocar se reduzca la producción actual.