La presencia de etarras condenados por terrorismo con la pena cumplida en las listas de EH Bildu, la compra de votos por Correos en Melilla y Mojácar y un rosario de denuncias que afectan a los dos principales partidos, sobre presuntos delitos electorales realizados mediante distintas modalidades, la reaparición de José María Aznar con vaticinios catastrofistas para el futuro de España, y por último las acusaciones de racismo dirigidas por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso hacia el PNV, todos ellos asuntos que han centrado la campaña electoral que está a punto de echar el cierre con los mítines del viernes noche, en la que los asuntos que afectan directamente de la vida de los ciudadanos han brillado por su ausencia en las intervenciones de los líderes nacionales que han dado estatus de primarias a las elecciones del 28-M. Al menos las radios y medios de comunicación regionales son los que han organizado debates entre los candidatos a las presidencias autonómicas y las principales alcaldías para que los ciudadanos conocieran los distintos programas.
Los partidos de izquierda se juegan en estas elecciones la posibilidad de reeditar los gobiernos de carácter progresista en las comunidades autónomas dirigidas por un presidente socialista, y el PP recuperar un poder territorial que perdió como consecuencia de los problemas relacionados con la corrupción que había protagonizado.
A Alberto Núñez Feijóo es probable que la campaña electoral se le esté haciendo larga. Con el punto de inflexión del mitin en la plaza de toros de Valencia, en la que recogió la herencia de otros líderes que la llenaron hasta la bandera, el presidente del PP ha salpicado sus intervenciones de errores de menor cuantía, pero se ha encontrado con la némesis de Isabel Díaz Ayuso apoyada por la desmesura de su mentor el expresidente Aznar. Todas las veces que el líder del PP ha decidido pasar página del asunto de las candidaturas de Eh Bildu ahí estaba la presidenta madrileña para instar la ilegalización de ese partido, pese a que los servicios jurídicos del PP y sus fiscales de cabecera la ven improbable.
Como en el caso de las listas de EH Bildu, al PP se le puede también volver en contra la polémica sobre la compra de votos en algunos lugares, porque si bien en un principio era el PSOE, junto a Coalición por Melilla, el partido más señalado, en las últimas horas las noticias de municipios en los que el PP ha realizado las mismas prácticas ilegales aumentan de forma notable, aunque el PP insiste en culpar a los socialistas.
De no menor importancia es el enfrentamiento soterrado entre ambos a cuenta del racismo, En una pirueta, la presidenta madrileña ha relacionado el incidente deportivo con Vinicius Jr en el estadio de Mestalla con la acusación de racismo hacia el PNV recurriendo al origen xenófobo del partido, lo que ha llevado a su actual presidente, Andoni Ortuzar, a calificar de innobles e indignas las palabras de Ayuso. Un nuevo punto de fricción con el propio Feijóo que ya ha tendido puentes con el dirigente abertzale para buscar su apoyo en el caso de que le fuera preciso para lograr la investidura como presidente del Gobierno si puede prescindir de Vox. Porque lo que ha quedado claro en estos días de campaña es que Feijóo dispondrá de una sola bala de plata para lograr llegar a La Moncloa, como se lo ha dicho sin reparos su solución de recambio, Díaz Ayuso.