El comedor del Sagrado Corazón reparte 200 comidas al día

Teresa Roldán
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El aumento de la pobreza por la subida de los precios de la cesta de la compra hace que el Banco de Alimentos recoja y distribuya más productos con merma

Imagen de archivo de la larga cola de personas que a diario acuden al comedor del Sagrado Corazón a pedir un plato de comida. - Foto: José Miguel Esparcia

La pobreza se sigue cronificando y acentuando en las personas más vulnerables y no da tregua en la ciudad ni en la provincia albacetense. Pero además también se incluyen en este grupo los trabajadores pobres que debido al aumento de los precios y la energía no llegan a final de mes y se ven obligados a recurrir a ayudas de instituciones benéficas. Buena prueba de ello es que la demanda de productos de primera necesidad al Banco de Alimentos de Albacete o las comidas que a diario se reparten en el comedor social de la Institución del Sagrado Corazón no dejan de crecer. El problema es que los donativos que llegan y que se destinan a la compra de alimentos se acaban antes debido al encarecimiento de muchos productos, que de una semana a otra ven aumentado su precio y que en el último año, como ha ocurrido con la leche, el azúcar o los huevos, por poner un ejemplo, se han duplicado.

La directora del Sagrado Corazón, María Montoya, informó que a diario reparten entre 180 y 200 comidas; así como entre 40 y 50 desayunos, con la reapertura desde el mes de septiembre de 2022 del comedor social de la entidad, una cifra no obstante que avanzó que se duplicará en los próximos meses con la llegada de cientos de temporeros a trabajar en la provincia en las tareas agrícolas, «con lo que esperamos distribuir otras 150 o incluso 200 comidas diarias más», agregó Montoya.

Precisamente para rentabilizar los «escasos» recursos disponibles, según informó el presidente del Banco de Alimentos de Albacete, José Antonio García, se han incrementado las recogidas diarias de alimentos con merma, procedentes de grandes superficies y cadena de supermercados es decir, aquéllos que o bien tienen una fecha próxima de caducidad o bien presentan defectos o roturas en el envasado del producto que hace inviable su comercialización.

«Todos los días personal voluntario de la institución acude a estos establecimientos a recoger esos productos y tal como los recogemos los distribuidos para que antes de la fecha límite de consumo se puedan consumir y aprovechar, ya que de lo contrario esos alimentos serían desperdicio», agregó García, que insistió en que anualmente sólo de mermas el Banco de Alimentos de Albacete recoge 300.000 kilogramos de alimentos, a una media de 35.000 kilogramos al mes.

La misma situación se encuentran a diario los técnicos y voluntarios de Cáritas Diocesana de Albacete, cuya coordinadora de programas, Ana López, aseguró que «llevamos desde 2008 encadenando una crisis con otra, cada una con unas características diferentes y por tanto con unas consecuencias distintas en la gente que las sufre más». 

El presidente del Banco de Alimentos de Albacete, José Antonio García, avanzó que en los próximos días repartirán una nueva fase de alimentos procedentes de la Unión Europea, pero a pesar de ello reconoció que cuesta tener llena la despensa de la institución «porque el poco dinero que tenemos lo destinamos a comprar alimentos para repartirlos entre las familias más vulnerables». Tanto que la entidad reparte 100.000 kilos de alimentos mal mes.

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