De todos es sabido la dificultad para torear si no estás en los primeros puestos del escalafón, pero cuando hablamos del toreo a caballo todavía el nivel de dificultad es superior, ya que son pocos los nombres que ocupan la mayor parte de los puestos en las plazas importantes, quedando muy pocos para el resto de los festejos de rejones que se dan fuera del circuito de las ferias.
Juan Manuel Munera, después de unos años en que tuvo actuaciones importantes, este año quedó fuera de plazas en las que había puntuado, como Madrid o Albacete, decidiendo parar a mitad de temporada y aceptar una oferta para torear y enseñar en Méjico. Un viaje sin billete de vuelta, con el que quiere coger aire y desarrollar su profesión en otro lugar, como hacen los toreros a pie, por lo que en pocos días partirá junto a sus monturas hacia el país de los Aztecas.
«Me voy a Méjico sin billete de vuelta, en un principio de forma indefinida para estar allí una temporada larga, lo que aguante. Se puso en contacto conmigo la rejoneadora mejicana Mónica Serrano ya que su hijo quiere empezar en este mundo y me propusieron si yo estaría dispuesto a irme a Méjico para enseñarlo. Vinieron a España y estuvo su hijo una semana aquí conmigo, volviéndose muy contentos para su país, queriéndome llevar para allá. La idea es ir para allá, pero a la vez que preparo a este joven, también intentar abrirme camino toreando allí».
El mundo del rejoneo parece estar más abierto y con mejores perspectivas que en España. «En Méjico hay muchísima afición al toreo a caballo y creo que está más fácil, por lo menos así lo veo yo, porque dan oportunidades a la gente que más o menos funciona, abriéndoles las puertas, ya que aquí está todo en un círculo muy cerrado y las complicaciones son grandes, así que aprovechando que voy a estar allí, hacer temporada toreando, y si se da bien, a ver si sirve también para torear en España».
Los caballos. Se lleva los caballos de su cuadra a Méjico. «Me llevo la cuadra para allá y además, ellos también tienen caballos y me han dicho que no les importa dejármelos, por lo que con los que me lleve de aquí y alguno de los que me ofrezcan y dejen, podré hacer la temporada ya que por falta de caballos no va a ser».
Sobre si es muy costoso trasladar los caballos, dijo que «realmente es costoso trasladar un caballo hasta Méjico, ya que económicamente puede costar entre 8 o 9 mil euros cada caballo, por lo que si te llevas varios, es una inversión que podrá hacerse porque me van a ayudar ellos, si no fuese así, sería demasiado costoso trasladarlos».
Munera es un buen domador y «una de las razones por las que se pusieron en contacto conmigo es porque han visto los resultados de los caballos que tengo, que los he domado yo todos y todas las temporadas saco varios caballos nuevos que pongo a torear a un alto nivel, por lo que lógicamente eso también ha influido en gran parte. Además, los caballos son iguales que los de aquí ya que son exportados de aquí y sus descendientes tienen la misma genética que los que hay en España».
Por los costes, Pablo Hermoso de Mendoza compró finca allí y caballos propios para sus temporadas mejicanas. «Con tantos años que fue Pablo Hermoso y el dinero que ha ganado, se pudo permitir comprar un Rancho allí y tener una cuadra allí y otra aquí, por lo que solo traslada algunos caballos e intercambia de un país a otro dependiendo del resultado».
La temporada española pasó casi sin actuaciones. «Al final sólo he toreado un festival. Estaba esperando entrar en los carteles de Madrid, que teóricamente estaba puesto tras los resultados del año pasado y al final me quedé fuera y también de Albacete, sin esas dos fechas que eran en las que tenía ilusión y al salirme esto de Méjico, perdí un poco el ánimo y decidí cortar la temporada porque no se puede estar toreando sin ilusión y el año que viene Dios dirá. Las cosas en España están muy complicadas ya que el círculo de rejoneadores está cada vez más cerrado y lo que pasa en la plaza tiene poca repercusión y no se refleja en contratos. No sé cuanto tiempo estaré porque igual la temporada que viene seguiré por allí o me vendré para hacer temporada aquí y luego volver, en fin, no tengo claro lo que haré, todo dependerá de como vayan surgiendo las cosas y ahora no quiero marcarme nada».
Ya están todos los trámites burocráticos hechos para el traslado de los caballos. «Para trasladarlos a otro continente, los trámites son muchos y además hay que trasladarlos en buenas condiciones ya que se trata de meter una cuadra portátil en el avión y los animales van atendidos y vigilados por personal especializado».