Elaborar unos presupuestos para el año que viene es deporte de riesgo. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, la AIReF, ya avisó en verano a las comunidades autónomas de que este año hay muchas incertidumbres para cuadrar las cuentas de 2024, en parte porque hay un gobierno en funciones y no se han concretado ni las entregas a cuenta que recibirá cada región por el sistema de financiación autonómica ni la previsión de liquidación correspondiente a lo que percibieron en 2022. Pero Castilla-La Mancha se ha lanzado a preparar unos presupuestos y la AIReF le recomendó que lo hiciera sin grandes incrementos de gastos o rebajas de ingresos que tuvieran carácter estructural, por si acaso. Parece ser que la Junta ha seguido sus indicaciones. 

La AIReF publicó ayer el informe en el que analiza los presupuestos que ha elaborado el consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina, para 2024. Destaca que «registra un escenario de ingresos prudente». También valora esa prudencia a la hora de no comprometer «medidas de gasto de carácter estructural». 

0,9% de déficit en 2023, 0,3% de superávit en 2024

Además la región se ha adelantado a un posible escenario de unas reglas más estrictas en el control del déficit. Castilla-La Mancha prevé alcanzar en 2024 un equilibrio presupuestario con cero déficit, pero la AIReF lanza unas previsiones que apuntan que incluso podría cerrar el año que viene con un superávit, que rozaría el 0,3 por ciento del Producto Interior Bruto. 

En cambio, para lo que queda de 2023, la AIReF calcula que Castilla-La Mancha finalmente arrastrará un déficit del 0,9 por ciento del PIB, que es superior al que se cifró en los presupuestos de este año, que se cuadraron para intentar no pasar del 0,7. 

La deuda bajará al 30,9%.

Este horizonte de equilibrio presupuestario trae buenas noticias en las previsiones de endeudamiento de Castilla-La Mancha. La AIReF pronostica que la región cerrará 2024 con un nivel de deuda similar al 30,9 por ciento del PIB regional (según los últimos datos del Banco de España está en estos momentos en el 32,9 por ciento). El informe de la AIReF hace una proyección hasta 2028 y calcula que dentro de un lustro el endeudamiento de Castilla-La Mancha habrá bajado hasta un 28 por ciento del PIB.

Incremento de los empleos autonómicos del 4%

Uno de los capítulos clave en los presupuestos de la Junta es el que se destina a pagar nóminas. El consejero de Hacienda ya avanzó en su presentación que el año que viene destinará 4.135,2 millones de euros, que es casi cuatro de cada diez euros del gasto no financiero. En el estudio que hace la AIReF prevé un incremento de los empleos autonómicos del 4 por ciento en 2024. 

Fondos europeos REACT, ejecutados al 86%

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal también está vigilante con la ejecución que hacen las comunidades autónomas de los fondos europeos que han venido a raíz de la crisis del coronavirus. Primero se activaron unos fondos excepcionales, los REACT, para sufragar los gastos adicionales que tuvieron que destinar los países europeos para afrontar el coronavirus, especialmente en ámbitos como la Sanidad o la Educación. La AIReF concluye que Castilla-La Mancha ya había ejecutado a cierre de 2022 el 86 por ciento de los fondos asignados, que son 406 millones.

El impacto de los Next Generation, 2% del PIB

Después se activaron los fondos Next Generation, los que se han canalizado con el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia para apostar por una transformación digital y verde. En este punto la AIReF calcula que esta inyección tendrá un mayor impacto en la economía el próximo año que el actual. Estima que en inversiones y empleo se traducirán en un 0,4 por ciento del PIB regional este año, pero subirá a un 2 por ciento en 2024.