Elvira Moya de Guerra: «La luz es la principal herramienta de observación del mundo»

A.M.
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La experta en Física Nuclear participa en el ciclo de conferencias sobre el 'Año Internacional de la Luz'

Albacete, la ciudad que la vio nacer, recibe este miércoles a la doctora Elvira Moya de Guerra Valgañón, experta en Física Nuclear, que participará en el ciclo de conferencias sobre el Año Internacional de la Luz. Su ponencia, Naturaleza de la Luz. De la Física Clásica a la Física Cuántica, comenzará a las ocho de la tarde y tendrá lugar en el Ateneo Albacetense.

Elvira, ¿en qué va a consistir su conferencia del miércoles?

Expondré una visión de la evolución de las ideas sobre la naturaleza de la luz a lo largo de la historia y de cómo ésta ha ido ligada a -y ha sido eje de- la evolución de la Física y del pensamiento científico desde la antigüedad hasta nuestros días. Desde Arquímedes a Newton, pasando por Kepler y Galileo; desde Newton y Huygens hasta De Broglie, pasando por Maxwell, por Einstein..., hasta nuestros días en que los grandes enigmas son la materia oscura, la energía oscura, o la disparidad de las densidades de vacío en los modelos estándar de partículas elementales y del cosmos.

¿Cómo la luz y sus tecnologías benefician a la vida cotidiana?

¡Sin luz no hay vida, vida orgánica! La luz es la principal herramienta de observación del mundo que nos rodea, observación en la que se basa el conocimiento científico y por ende el progreso. No es preciso mirar lejos para tener una idea de que desde el descubrimiento de la llamada luz eléctrica y la radio hasta los GPS, las telecomunicaciones por fibra óptica, las pantallas Led, la cirugía con láser…, las condiciones de vida de los usuarios han mejorado radicalmente.

¿Qué importancia adquiere la investigación en el ámbito de la luz y sus aplicaciones?

No hay progreso sin investigación. Nuestro tiempo es el tiempo de la fotónica (tecnología del control de fotones o haces de fotones), esencial para los avances en el tratamiento de imágenes y la transmisión de información. Ahora la investigación debe ser multidisciplinar y a cargo de científicos con formación muy heterogénea. Físicos, químicos, ingenieros, matemáticos, técnicos, metalurgos, médicos, biólogos…, con especialidades tan aparentemente dispares como la óptica y la física nuclear, la astrofísica y la nanofísica, teóricos, experimentales, técnicos... Un ejemplo de ello es el telescopio GMT (Giant Magellanes Telescope) que están fabricando en Canadá para instalar en Chile, tan solo el perfecto pulido de sus espejos parabólicos requiere de la más sofisticada tecnología. En otro orden de cosas están los ejemplos de tecnologías dedicadas a la transformación de energía, desde las pilas fotovoltaicas hasta la fusión por confinamiento inercial mediante láseres, las dedicadas a la salud, desde técnicas endoscópicas hasta de HI (Heavy Ions), la monitorización ambiental mediante imágenes captadas y transmitidas vía satélite y un largo etcétera.

Elvira, ¿recuerda sus primeros años de vida en Albacete?

Recuerdo la calle Octavio Cuartero, donde nací, el parque, la Feria, la Catedral, los cordiales vecinos, una amiguita que se parecía a Penélope Cruz de jovencita y con la que, con ocho años, imitábamos a nuestra admirada Lola Flores. También guardo un borroso pero mágico recuerdo de algunas calles un poco lúgubres, no lejos de la Catedral, donde iba con la muchacha a llevar los zapatos a arreglar. Recuerdo también los cines caseros y la salas de cine, como el Astoria, que para mí eran todo un acontecimiento. Otro recuerdo importante es ir a ver torear a Pedrés de la mano de mi padre, que tenía con él una cordial relación. En fin, la verdad es que, aunque mis padres vivieron en Albacete entre 1944 hasta 1957, yo pasaba grandes temporadas en La Rioja con mis abuelos y tíos, motivo por el cual tengo unos recuerdos bastante limitados. Pero mis padres siempre me inculcaron un cariño especial por Albacete, «la ciudad en la que has nacido», me decían.

¿Por qué Ciencias Físicas?

Las matemáticas y los retos intelectuales siempre me han atraído. Eso fue lo que me atrajo de la Física y lo que me sigue atrayendo. En 1964, cuando empecé la carrera, la Física era un hervidero de ideas, de tal modo que eso era perceptible para las personas instruidas, incluso dentro del aislamiento que España vivía. La Física Nuclear, área de investigación a la que me dedico, se veía como el paradigma de la Ciencia. Además en nuestras facultades de Ciencias todo lo relacionado con Física Cuántica era novedoso.

En 1974 se doctora en Ciencias Físicas. Todo un logro teniendo en cuenta su condición de mujer. ¿Es difícil competir en ese mundo de hombres?

Cuando yo me doctoré era muy escaso el número de mujeres dedicadas a la investigación en Física, de hecho en mi campo yo era la única, pero a decir verdad tampoco el número de hombres era grande. La palabra competir no me gusta, no encaja en mi personalidad, no me gusta competir con otros. Me atrevería a decir, aunque no debo, que en ocasiones otros han competido conmigo y han perdido… Yo siempre he creído en mi trabajo, he jugado limpio y no he escatimado esfuerzo y dedicación a las tareas que consideraba importantes. Para mí la elegancia personal y el trabajo honesto son valores muy serios. Considero lamentable esa manía actual de cuantificar la calidad del trabajo de los investigadores.

¿Cuántas veces la han cuestionado por el hecho de ser mujer?

Internacionalmente, los científicos que me conocen y conocen mi trabajo me aprecian como persona y como científica. ¿Por qué va a importarme lo que opinen quienes no tienen elementos de juicio?

¿Considera que recortando en investigación tardaremos más en salir de la crisis?

Los recortes en I+D han sido lamentables. Su influencia en la salida de la crisis depende de qué plazos de tiempo y qué aspectos de la crisis consideremos. Si nos referimos a lo puramente económico y al corto plazo es posible que los recortes representen un mal menor, otra cosa es si nos referimos al largo plazo y a la construcción del tejido tecnológico y científico, en la que España está tan retrasada con respecto a Alemania, Inglaterra, Francia e Italia. Alcanzar ese nivel requiere no solo mucha financiación y un buen aprovechamiento del potencial humano, sino también una estabilidad y una calidad de los programas de investigación y de enseñanza, cuyas deficiencias en todas las épocas que yo recuerde han minado gravemente el sistema.

Usted que está en la Universidad impartiendo docencia, ¿qué papel juega, hoy por hoy, la mujer en el campo de la investigación?

Hoy en día es relativamente frecuente ver mujeres ocupando puestos de investigación y docencia en universidades y centros de investigación en todos los niveles: liderando proyectos de investigación, departamentos, facultades, institutos de investigación... Todo ello hace que los jóvenes en general lo vean con más naturalidad y que las jóvenes, en particular, se sientan menos intimidadas a la hora de optar por una trayectoria científica y académica. Otra cosa es cuántas están dispuestas a hacer los sacrificios que esa dedicación exige. Las estadísticas nos dicen que, en Físicas, si el porcentaje de mujeres estudiantes es del 33%, el de jóvenes profesoras e investigadoras escasamente llega al 19%. Esto puede tener muchas lecturas, pero lo que es seguro es que el resto han encontrado otras vías que les han resultado más atractivas y convenientes. En mi época de doctoranda se consideraba mayoritariamente que la dedicación a la casa y a los hijos era para la mujer y de la mujer, y ¿qué pasa cuando hay mujeres a las que no les satisface dedicarse exclusivamente a esas tareas o cuando hay hombres a los que les satisface esa dedicación? Lo que quiero decir es que los prejuicios son malos y perjudican a todos. No solo a las mujeres. No solo ese tipo de prejuicios.

Me consta que ha confesado lo difícil que fue conciliar la vida laboral y familiar. ¿Cree que alguna vez se ha conseguido esa conciliación para mujeres?

El problema de la conciliación está muy relacionado con lo que decía antes. Nuestros esquemas mentales han evolucionado en este sentido, pero la praxis es bastante deficiente. Los números cantan, cuanto mayor es el porcentaje de mujeres incorporadas a la vida laboral menores son los índices de natalidad.