El 40% de los edificios tienen calefacción central

Sara Ruiz
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El colegio de Administradores de Fincas advierte de que no tomar medidas puede disparar la cuota entre 80 y 100 euros

Caldera comunitaria de gas natural. - Foto: Rosa Blanco

Se acerca el invierno y las comunidades de vecinos con calefacción central ya están llamando a las puertas de sus respectivos administradores de fincas para saber qué tipo de medidas o acciones pueden tomar, con el objetivo de reducir el recibo de calefacción o, al menos, evitar que se dispare ante el encarecimiento de la energía. Ha transcurrido un año desde el conflicto en Ucrania y los costes energéticos siguen al alza. 

Desde el Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Albacete y Cuenca, su presidente Antonio Fuentes corrobora que en las últimas semanas se están celebrando «muchas reuniones» con las comunidades de propietarios que a día de hoy todavía cuentan con un sistema de calefacción comunitario, alrededor de un 40% del total del parque inmobiliario de la provincia de Albacete, según cálculos del órgano colegial. 

«Hay que tener en cuenta que todos los edificios que se construyeron en la década de los 70 y de los 80 tienen calefacción central y aunque es cierto que muchas comunidades han ido aprovechando la renovación de calderas para individualizar el servicio, todavía queda un 40% que no lo ha hecho», explica Fuentes.

Encarecimiento. La buena noticia, al menos hasta mediados del mes de octubre de 2023, es que las buenas temperaturas retrasaron el habitual encendido de las calefacciones centrales, la mayoría de ellas programado desde el pasado 1 de noviembre. Sin embargo y conforme transcurre el otoño y se aproximan la temporada de frío, los administradores de fincas están intensificando sus reuniones con los vecinos, al menos un par al día, según el presidente del Colegio, ante la preocupación que muestran por el encarecimiento del recibo vinculado con la calefacción. «Lo primero que estamos haciendo es un estudio económico de lo que se ha venido gastando la comunidad en gas o gasóleo durante el invierno y la previsión del administrador de fincas sobre lo que se puede gastar a razón de los precios que tienen ahora tanto el gas como el gasóleo», explica Antonio Fuentes. En estos encuentros, los profesionales en la gestión de comunidades de vecinos explican también el incremento de las cuotas mensuales que deberá pagar cada inquilino por la calefacción y aunque el aumento del gasto depende muchas circunstancias, desde el Colegio calculan que, de no tomar medidas, la cuota puede subir entre 80 y 100 euros al mes, teniendo en cuenta que «el precio del gasóleo se ha triplicado en el último año y el del gas se ha multiplicado por cinco», recuerda el presidente del órgano colegial.

reducir horas.  Además, en estas reuniones con los propietarios de viviendas que viven en comunidad y comparten servicios comunes exponen una serie de medidas de ahorro como la posibilidad de encender la caldera durante menos meses, reducir las horas de calefacción, abogar por temperaturas más suaves, no ir en manga corta por casa ni abrir ventanas y apostar por un buen aislamiento.

   Otra de las medidas que se están generalizando, debido también a su obligatoriedad desde la entrada en vigor de un real decreto, es la instalación de los denominados repartidores de costes de calefacción, unos dispositivos que se instalan en los radiadores y miden el consumo individual de cada uno de ellos. Según explica Antonio Fuentes, estos dispositivos permiten a cada morador controlar el gasto en calefacción y cerrar aquellos radiadores que considere. «Son contadores individuales de consumo», añade esta administradora de fincas, que opina que este dispositivo permite que cada propietario o inquilino decidas las horas de conexión y la cantidad, de manera que «puede tener radiadores cerrados en habitaciones que no utilice o tenerlos conectados durante menos horas de las que decida la comunidad, en el caso de que no se esté en casa durante todo el día». 

    Como alternativa al encarecimiento de los combustibles fósiles que se viene registrando en el último año, más si cabe desde que estalló la guerra en Ucrania, la Administración pública sigue publicando líneas de ayudas y subvenciones para que los consumidores puedan apostar por energías limpias y verdes y por el autoconsumo. Sin embargo, y según el presidente del Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Albacete y Cuenca, aunque es verdad que ha aumentado el interés de las comunidades por pedir presupuestos para ver la viabilidad de las instalaciones de placas fotovoltaicas, «el asunto está todavía muy verde y los vecinos no acaban de convencerse, porque las azotes y tejados están destinados a la instalación de placas para uso comunitario y, de momento, los costes son muy elevados y no terminan de animar a los vecinos».  Al respecto, cabe recordar, que el Real Decreto-ley 736/2020 estableció los plazos para regular el consumo individual en los edificios que cuentan con un sistema de calefacción central, fijando la fecha del 1 de mayo de 2023 como tope para que las viviendas dispongan de un sistema que lo controle, medida que, según las organizaciones de consumidores, afectará a cerca de dos millones de hogares en nuestro país. El coste aproximado que ha supuesto adecuar los distintos sistemas, ha supuesto un coste a los ciudadanos de 300 euros, pero luego «el ahorro es mayor» manifestó el presidente del Colegio de Administradores de Albacete y Cuenca. 

El Bono Social Térmico benefició a más de 21.000 familias en 2022 

Enfrentarse a las primeras facturas de la electricidad tras el verano puede ser un mal trago para algunas economías domésticas. Incluso pese al respiro en la inflación en octubre, los altos precios de la energía siguen siendo un problema para las familias. Desde 2018, el bono social térmico busca hacer más fácil a las familias en situación vulnerable con una ayuda única de hasta 373 euros por año. En el caso de la provincia de Albacete, en 2022, el Bono Social Térmico llegó a 21.325 familias de la provincia de Albacete, según adelantó La Tribuna de Albacete.  Para dar cobertura a este servicio se destinaron en la provincia 11,6 millones de euros que fueron directamente a minorar el pago de las unidades familiares por sus servicios de calefacción y beneficiará de manera muy directa a familias con hijos, rentas inferiores, y situación de vulnerabilidad social. En 2022 hubo un diez ciento más de beneficiarios  que el año anterior, que recibieron ayudas directas que oscilaban entre los 262 euros y los 797 euros para compensar los gastos de energía entre las personas consumidoras energéticamente vulnerables» y además  en buena medida se corresponden con las familias beneficiarias del bono social eléctrico.

Castilla-La Mancha. Cerca de 84.000 personas se beneficiaron en Castilla-La Mancha del bono social térmico, que contó con 44 millones de euros. El bono social térmico es «un balón de oxígeno» para las economías familiares de toda España. Aquellas personas que crean que pueden ser beneficiaras pueden solicitar esta ayuda en la Dirección General de la Agenda 2030 y Consumo, y pueden recibir información en el teléfono 925 28 70 92 o en la dirección de correo electrónico bonosocialtermicoclm@jccm.es. Además, cabe recordar que las cantidades percibidas por el bono social térmico deben incluirse en la declaración de IRPF como ganancias de patrimonio; de hecho, se verá su importe reflejado en los datos fiscales. El Bono Social Térmico se cobra el primer trimestre de cada año, mediante una única transferencia bancaria. Los encargados del pago son las comunidades autónomas, quienes proveen una plataforma digital para que los interesados faciliten su número de cuenta bancaria y dirección postal. En este sistema también se podrá consultar el estado del pago, actualizar los datos personales o renunciar a las ayudas.