Aunque la labor más destacada de los bomberos es la de apagar fuegos, lo cierto es que en su trabajo diario realizan muchas más, como por ejemplo sanear fachadas con peligro de desprendimiento, talar ramas con riesgo de partirse, excarcelar a personas atrapadas en sus vehículos tras un incendio, limpiar calzadas, achicar inundaciones y a veces también actuar con animales.
En concreto, durante el año 2022 los bomberos realizaron 95 intervenciones relacionadas con animales vivos, lo que supone un aumento del 31,94% con respecto al año 2021, cuando hubo 72 actuaciones de este tipo.
De las 95 actuaciones llevadas a cabo con animales vivos, la mayoría son rescates, como señalaba a La Tribuna de Albacete el jefe del Servicio Contra Incendios del Ayuntamiento de Albacete, Ismael Pérez Tendero. «La mayor parte de actuaciones de este tipo son rescates de animales vivos, principalmente perros y gatos. En la mayoría de casos son puestos a disposición del veterinario correspondiente».
Sin embargo, señala que, en ocasiones, también han ayudado a aves heridas, aunque a veces actúan con otros animales. «Se dan situaciones e intervenciones peculiares, tal como la que sucedió en mayo de 2021, cuando hubo que rescatar un jabalí que se había caído al canal del trasvase, y no podía salir porque se resbalaba. El animal fue rescatado con un lazo, pero en cuanto pudo se fue corriendo, sin despedirse».
También es frecuente la retirada de culebras, así como rapaces heridos (búhos, águilas…), «que una vez capturados son trasladados al Centro de Recuperación de Fauna de la Junta».
Enjambres. Otra parte importante de las intervenciones con anímales, son los enjambres de abejas y de avispas.
La aparición de los enjambres en los lugares más inverosímiles de la ciudad se debe a la llegada del calor y al crecimiento de la población de abejas, lo que obliga a muchos de estos insectos a abandonar sus colmenas en busca de un nuevo hogar. Esto hace que, en muchas ocasiones y mientras buscan un lugar idóneo para vivir, se establezcan momentáneamente en diferentes puntos de la ciudad, provocando el temor de los ciudadanos que pasan junto a ellas. Lo que sucede es que la abeja reina más antigua se marcha de la colmena, para ceder su puesto a la más joven, con el único fin de perpetuar la especie.
Esto hace que, a veces, las abejas se queden en farolas, bancos, árboles, balcones e incluso retrovisores de coches o en motocicletas. En concreto, en 2022 se realizaron 37 intervenciones con enjambres de abejas. La primera fue el 16 de marzo, aunque finalmente 20 fueron en mayo y hubo seis más en junio.
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