Manuel Carrilero presenta en  la primera planta del Museo Municipal de Albacete, hasta el día 30, su nueva exposición, Renacer. El pintor y arquitecto comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta muestra, que llega después de cinco años. 

¿Cómo es Renacer?

Renacer es una exposición de 64 acuarelas que se han hecho de cinco años hacia acá. Entonces, el título es porque en la mitad del trabajo para la misma tuvimos la pandemia, en la que nos confinaron a todos, y creo que nos dimos cuenta que nos había cambiado la vida. Dentro de los títulos en los que pensé, Renacer es el que más me inspiró, porque ya podemos, todos juntos, ver exposiciones o viajar, entre otras cosas. 

Cinco años sin exponer.

Sí, son cinco años, por varios motivos, como el tema de la pandemia y luego, soy un pintor que solicita la sala cuando la exposición está pintada entera. Hasta que no he tenido una exposición redonda, que me gustaba, no la solicité.  Al final, me la han dado y la verdad es que merece la pena esperar un poco.  

Paisaje urbano y rural. 

Hay ciudades, campos, también he traído alguna marina y bodegón. Las ciudades son reconocibles y los campos, casi todos son fruto de mi memoria visual. En un momento dado hay un paisaje que guardo en la memoria  y luego cuando llego al estudio, pinto. En la exposición hay también algo que no había hecho, campos desde un punto de vista alto, hay mucha lejanía.  

Una técnica muy depurada. 

Desde hace 10 años que hice la primera exposición de acuarelas he ido depurando la técnica. Es verdad que aquellas tenían frescura y mucho colorido. Hoy, quedan más limpias y luego en Renacer he introducido nuevas técnicas, mucho salpicón, mucho lavado, mucho pigmento de color. Todas las acuarelas han quedado muy limpias.  

¿Por qué solo acuarelas?

Estuve dudando, porque también tengo óleos  y la anterior exposición fueron óleos y acuarelas. La gente no conocía mis óleos y gustaron muchísimo, pero es verdad que son distintos, óleo y acuarelas las pinto de forma muy diferente. En acuarela intento ser más realista, en óleo todo lo contrario, no me gusta el realismo, y al final tenía acuarelas suficientes para la muestra. A lo mejor, en un par de años, hacemos una exposición de óleos. Creo que así ha quedado más homogénea, creo que mejor. 

¿Difícil la selección?

Son cinco años de trabajo, muchos cuadros, porque he pintado  otros que he vendido, gracias a Dios. Lo que pasa es que sí que estos son una selección de los que más me han ido gustando en estos años, aunque es inevitable que alguien, cuando llega al estudio y le gusta una acuarela, se la lleve. Aquí hay obras que hice hace unos años y  otros son de hace tres meses. Pinto, enmarco,  y las voy dejando en el estudio. Luego viene la numeración para la exposición, aunque no tengo la sensación de que me haya costado trabajo, porque he disfrutado pintándolos. 

¿Prefiere el paisaje urbano o el campo?

Los dos. Realmente, pinto para que la gente disfrute y quiera colgar un cuadro en su casa, que le haga estar a gusto, entonces cada persona tiene sus sensaciones. Es verdad que son distintos, como blanco y negro, los urbanos muy movidos, con gente, con trajín de calle y casi me interesa más eso que los edificios, que se desdibujan mucho. Los paisajes son todo lo contrario, son tranquilidad, paz, muchos amaneceres y atardeceres, sin gente. 

Algunos de Albacete.

Sí, la verdad es que siempre pienso que debería hacer una exposición centrada en Albacete, porque es una locura con los cuadros de Albacete.  Realmente pinto lo que me gusta y hay muchas acuarelas de Albacete, pero me interesa  pintar Londres, París, Viena,  otras ciudades, lo que en cada momento te inspira. 

¿Compatible con su trabajo como arquitecto?

Sí, pero te tiene que gustar, porque terminas de trabajar y en vez de ponerme a ver una serie, por ejemplo, pintas en tu estudio. También es de agradecer que la gente que vive contigo lo comprenda, tu pareja tus hijos, porque pasas mucho tiempo en tu mundo.