En pleno inicio de curso escolar, la Fundación ANAR y Fundación Mutua Madrileña publicaron un estudio que revela que los casos de acoso escolar registrados en España descendieron a la mitad en 2017 debido a la mayor sensibilidad social e implicación del profesorado y las administraciones, pero fueron más graves, violentos y frecuentes.
En más de la mitad de las ocasiones, el acoso se extiende en el tiempo más allá de un año y en tres de cada cuatro se sufre diariamente.
En este sentido, el III estudio sobre acoso escolar y ciberbullying destaca que en España permanece el acoso de intensidad media y grave: los hechos perpetrados fueron más crueles y los agresores más violentos y perseverantes en 2017.
Las «capas más superficiales» de este acoso, el de menor intensidad, comienzan a descender, pero el 96,7 por ciento de los casos revestían una gravedad media o alta.
El informe revela que la tercera parte de los menores acosados no cuenta el problema a sus padres (el 36,8 por ciento en el acoso presencial y el 25 por ciento en el digital); el resto tarda entre 13 y 15 meses en pedir ayuda, en función de si es acoso escolar o ciberbullying, «unos tiempos demasiado largos».
Por tipología, la cuarta parte de los ataques se produce en redes sociales, sobre todo a través de mensajes de WhatsApp y en forma de insultos y amenazas.
En cuanto al perfil de la víctima, tiene una media de 10,9 años y lo sufren casi de igual manera chicos que chicas (53,2 por ciento ellos, 46,8 por ciento ellas), el ciberacoso se da más tarde (la media es de 13,5 años) y son más las adolescentes víctimas: el 65,6 por ciento.
En cuanto a la identidad del agresor, suele ser un varón de 11,3 años en el acoso escolar y de 13,9 años en el ciberbullying.