Domingo Henares

Domingo Henares


La letra eme

04/10/2020

Con ocasión del coronavirus 2020 (debe ser), a un fiscal de Salamanca le ha sobrevenido una ocurrencia impropia de su oficio: la de solicitar que los automóviles conducidos por personas que ya cumplieron su setenta aniversario lleven en la luna trasera la letra M (de mayor), como señal de alerta y aviso de precaución. Porque no son de fiar cuando conducen, por sus despistes posibles, los ciudadanos que llevan más tiempo inscritos en el Registro Civil y en sus libros bautismales. 
Cometieron el delito de alcanzar una edad venerable y ahora se les confina públicamente en otra llamada población de riesgo. Y parece ser que recientemente fueron postergados a la hora de utilizar los respiradores necesarios en algunos hospitales; si no es que les dejaban morir, por su orden de antigüedad en las residencias para mayores, en soledad y sin ninguna caricia amiga. Sin decir sus nombres. Como si ya no estuvieran en este mundo, antepasados desconocidos, les robaron el porvenir aunque fuese mínimo, ya cumplido.
  Claro que los ciudadanos de la llamada tercera edad, con su carné de conducir en regla, pueden mostrar algún despiste en la carretera. Como le puede ocurrir a un sabio que acaba de descubrir una nueva estrella, como les pasa a los ciudadanos más jóvenes si están muy enamorados. Y más se despista un anciano si piensa en sus nietos o, qué más da, en el tiempo pasado.
  Niños de ahora, si encontráis al fiscal jefe de Salamanca, desde vuestra corta edad colgarle por el cuello, con un lazo, la letra I de inoportuno, como un escapulario, hasta que merezca llevar en su coche la letra M por los años acumulados.