Las cifras de casos de absentismo escolar que la Policía Local detectó en lo que va de año en la capital siguen «ligeramente al alza», con 33 casos de estas características entre comienzos del mes de enero y la mitad de mayo, tal y como lo expuso el jefe de la Policía Local, Pascual Martínez.

Ya al presentar la memoria de este servicio del año 2015, Martínez advertía de que resulta «preocupante» el aumento en el número de estos casos, puesto que el incremento entre 2014 y 2015 fue de alrededor del 40%.

En todo el año pasado, agentes de la Policía Local de la capital tuvieron conocimiento de 74 de estos casos, mientras que en los cuatro primeros meses de 2016 -con la segunda quincena de mayo todavía prácticamente por contabilizar- son 33 los casos detectados. Todavía resta un mes para que termine el presente curso y el primer cuatrimestre del siguiente, que se contabiliza también en la memoria anual de 2016.

El dato resulta también más elevado que el del año 2014, cuando se contabilizaron 44 de estos casos en todo el ejercicio. En el año 2012 se dio un repunte de este tipo de situaciones, con 65 casos, fue en descenso los dos ejercicios sucesivos, pero desde el año pasado se trata de una problemática que vuelve a ir en aumento.

Menores de 16 años. Hay que señalar que en todos los casos de absentismo escolar se trata de alumnos menores de 16 años, que son aquellos en los que la etapa educativa es obligatoria y sobre los cuales la Policía Local de Albacete se ocupa de detectar a los que no asisten a su centro educativo.

Cuando se detectan este tipo de situaciones, el primer paso que da la Policía Local es acompañar al menor a su centro y dar constancia de la actuación al equipo directivo. Además, también se da traslado a la familia, para que los padres del menor conozcan la situación. Si el alumno en cuestión es reincidente en este tipo de actuaciones y la situación que se detecta es más grave incluso se puede poner en conocimiento de la Fiscalía de Menores, como lo recordó el jefe de la Policía Local de Albacete.

Además, ante estas situaciones, los agentes se reúnen con los padres y con el menor identificado, con el fin de informarles de su obligación de asistir a clase de manera normalizada y de que, en caso de no hacerlo, los propios padres pueden incurrir en un delito de Abandono de Familia, al entenderse que estarían haciendo dejación de los deberes legales de asistencia a los que están obligados. Desde ese momento, el menor y los padres cuentan con un plazo de diez días para normalizar la asistencia a clase del alumno y en ese periodo agentes de la Policía Local supervisan que así se cumpla. En caso de que la situación no se normalice, el protocolo de actuación indica que deberán comunicarlo a los Servicios Sociales para que inicien los trámites que fueran oportunos.

Cabe indicar que cuando se detectan estos casos, son los Servicios Sociales del Ayuntamiento los que inician los expedientes y marcan qué trámites a seguir con cada uno de los casos. Pero, eso sí, son agentes de la Policía Local los encargados de vigilar que los menores cumplan con las normas establecidas y vuelvan al centro sin mayores problemas.

Martínez reconoció que hay casos que son «puntuales» pero otros donde el menor suele ser reincidente y que conlleva más trabajo por parte de los Servicios Sociales para conseguir su inserción normalizada en la vida de la comunidad educativa.

Para poder frenar el problema del absentismo escolar, que puede derivar en casos de fracaso escolar, la comunidad educativa lleva tiempo reclamando «más inversión». Así lo indicaron, por ejemplo, desde el sindicato Comisiones Obreras, cuyo responsable de Enseñanza, Alberto Jiménez, puso de relieve que se trata de un problema «mucho más complejo de lo que parece» que requiere de «soluciones globales».

Además, consideró que para ello «hace falta más inversión» y lamentó que los «recortes» en Educación, con medidas como el aumento de las ratios, no han ayudado en nada a solucionar este tipo de situaciones.