En Motilleja el 'aguilando' es una cosa muy seria, tanto que entre la Navidad y el día siguiente había quienes se podían echar 24 horas en danza, de forma literal, yendo por las calles de una casa a otra sin para de tocar, cantar y bailar.

Así que no es de extrañar que ayer, a pesar del frío húmedo que se metía en los huesos, las calles fusen un concierto en vivo o, mejor dicho, varios conciertos ofrecidos a la vez como parte del Encuentro de Aguilanderos por  la Cuadrilla de Magisterio, Cuadrilla de la Abuela, Cuadrilla de Huebras, Ronda Los Llanos, Grupo Folk de El Bonillo, Cuadrilla del Pelibayo, Ronda Alcucera, Los Matachines de Tarazona de la Mancha y, como formación anfitriona, la Ronda de Motilleja.

Estos nueve grupos, más un grupo de alumnos de la Universidad Popular de Lezuza, salieron del Salón de Actos del Ayuntamiento y recorrieron las calles para pedir el 'aguilando' de casa en casa y de paso, echarse un baile, un par de cantes, unas risas y si se tercia, un trago y algo sólido -y contudente- para poder aguantar la marcha.

Los aguilanderos interpretan unas manchegas con flautas, panderetas, platillos y hasta con un banjo. - Foto: R.S.Todo discurría entre villancicos, jotas, seguidillas y manchegas, algunas de ellas con letras cargadas de retranca («A la puerta de un sordo/ cantaba un mudo/ y un ciego miraba/ con disimulo») y otras clásicos de todos los tiempos y partes («En el portal de Belén/hay estrellas sol y luna/ la Virgen y San José/ y el Niño que está en la cuna»). 

A medida que pasaba la mañana, los grupos se juntaban y las formaciones se mezclaban y se volvían a separar, para luego encontrarse unas calles más allá. Los gorros y los forros polares desaparecía poco a poco y entre tanto caminar, cantar y tocar, la gente entraba en calor y hubo más de un entusiasta que retó al frío en mangas de camisa.

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