Una delegación turca quiere venir a aprender de la Escuela de Cuchillería

E.R.J.
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La visita está prevista para la próxima semana y quieren «copiar» los detalles del único centro formativo de estas características en Europa, comentó el presidente de la Fundación para el Desarrollo de este oficio, José Luis Abiétar

La Escuela de la Cuchillería de Albacete tiene a sus espaldas 15 años de experiencia. El centro, que consiguió la pasada Legislatura que se convalidaran oficialmente sus estudios por parte de la Junta de Comunidades, en lo que se refiere a los programas de Formación Profesional, se ha convertido en una referencia fuera de nuestras fronteras. «Ésta es la única Escuela de Cuchillería de Europa» resaltó, orgulloso, el presidente de Fudecu (Fundación para el Desarrollo de la Cuchillería, que gestiona el centro), José Luis Abiétar.

Ese papel protagonista le ha valido que otros países hayan puesto sus ojos en él y quieran conocer, de forma más detallada, su organización y funcionamiento. «La semana que viene tenemos una visita de Turquía, quieren venir para que le enseñemos nuestro modelo y quieren copiarlo, porque de esta escuela ya se habla en el extranjero», destacó Abiétar. Éste afirmó que acciones como la llevada a cabo por Aprecu, la Asociación de Cuchillería y Afines, en el Parlamento Europeo, no sólo para interesarse por las posibles vías de protección del sector, sino también para dar a conocer los recursos que Albacete tiene relacionados con él, han sido «fundamentales».

Que la Escuela de Cuchillería, que «ha formado a más de 1.700 alumnos» desde el año 2000, se haya abierto un camino firme ha sido «un trabajo conjunto», admitió el presidente de Fudecu.

Así se lo transmitía también ayer al delegado de la Junta, Pedro Antonio Ruiz Santos, que visitó las aulas y charló con los jóvenes, entre los que cada vez hay más mujeres. «Es motivo de satisfacción     -aseguró el delegado- encontrar a jóvenes que se están formando en esta profesión» y más cuando eso se suma a las «noticias positivas» en relación a que las Identificaciones Geográficas Protegidas (IGPs) para productos no alimentarios, que es la demanda en la que trabajan conjuntamente instituciones y cuchilleros para frenar la competencia desleal, «están consiguiendo cada vez más cuerpo».

Un apoyo que reconocía también el presidente de Aprecu, Juan Andrés Barbero, al subrayar que el objetivo es «proteger al sector de la cuchillería con esas marcas» y en ese empeño «estamos respaldados por la Junta».