El aprendiz que se convirtió en mago

José Luis Royo
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Manu Fuster se despedirá este domingo del Carlos Belmonte tras cinco temporadas en las que mostró una evolución constante

Manu Fuster posa con una varita de mago y un balón en la Ciudad Deportiva. - Foto: Rubén Serrallé

Un vídeo en las redes sociales del Albacete Balompié sirvió para dar una noticia que era un secreto a voces, que el mejor jugador del equipo y uno de los capitanes, Manu Fuster, no estará la próxima temporada en equipo manchego. Su destino es conocido, aunque no oficial, jugará en la Unión Deportiva Las Palmas, cumpliendo de esta manera su sueño de debutar en Primera División.

Fuster llegó al Albacete Balompié hace cinco temporadas. El 22 de julio de 2019 se anunciaba su fichaje procedente delGuijuelo de Segunda B y el entonces director deportivo Mauro Pérez, su gran valedor, hablaba entonces de  un jugador «al que seguíamos desde hace mucho tiempo. En Guijuelo ha dado un rendimiento excepcional, llamando la atención de varios clubes de Primera División. Es un media punta al uso, capaz de dar pases, filtrar jugadas y ayudar en la faceta goleadora».

El Albacete se adelantó al resto de equipos y fue su gran acierto, aunque a Ramis le costó verlo. El equipo venía la temporada anterior de jugar el playoff de ascenso y hasta la sexta jornada de la campaña 2019-20. El valenciano deslumbró en su debut y terminó la temporada con 31 partidos de liga, 19 de ellos como titular, en los que anotó cuatro goles.

Su segunda temporada en el Alba no fue la mejor. Al igual que el equipo Fuster no fue el futbolista que pintaba en su debuto y, aunque prácticamente fue indiscutible con los cuatro entrenadores que tuvo el Albacete aquel año, disputando 38 partidos de Liga, 34 de ellos como titular, solamente marcó dos goles.

Con el descenso del equipo Manu Fuster volvió a la categoría de bronce y ahí se erigió en el líder del equipo, logrando su mejor cifra goleadora con la camiseta del Alba, 12 goles en los 34 partidos que jugó entre Liga y playoff de ascenso.

Confirmación

El regreso del Albacete a Segunda División volvió a poner a Manu Fuster en el escaparate. La llegada de Rubén Albés le dio una libertad de movimientos que el valenciano supo aprovechar. Indiscutible para el técnico gallego, jugó 42 partidos, 40 como titular, entre Liga y playoff, logró ocho goles, su mejor cifra en el fútbol profesional y fue el mejor jugador en un año en el que hubo muchos destacados en un equipo que peleó por ascender a Primera División.

Tres de sus compañeros fueron traspasados y el propio Fuster tuvo opciones, pero finalmente se quedó. Tenía claro que so se marchaba sería a Primera. Aquel aprendiz que llegó con 21 año se había sacado el título de mago del balón y esta temporada que aún colea ha vuelto a ser el mejor. No sólo por sus ocho goles marcados, sino porque, a pesar de que estuvo cercar de marcharse a  la UDLas Palmas en el mercado de invierno, no lo hizo y se quedó para liderar la permanencia del club de sus amores, dando otra vez un nivel muy alto. Que abran los ojos en Primera, que llega el mago Fuster.